Niños, ancianos, activistas, un historiador del Holocausto... Los casi 200 rehenes civiles que mantiene Hamás

La presión internacional para que Hamás ponga en libertad a los rehenes sigue creciendo, al mismo ritmo que lo hace la presión de sus familares.

Los mediadores de Catar urgen a la organización a acelerar el ritmo de liberaciones para incluir a mujeres y menores, sin esperar a las concesiones que reclaman de de Israel a cambio, según información de Reuters, que cita a tres diplomáticos y una fuente conocedora de las conversaciones.

Estas son algunos de los secuestrados que siguen esperando regresar con los suyos.

«Mi madre ha dedicado su vida a promover las causas de la paz y la justicia», asegura el hijo de Vivan Silver, de 74 años, una reconocida activista de origen canadiense que el pasado 7 de enero, durante el ataque relámpago de Hamás en Israel, fue arrancada de su casa en el kibutz Beeri, donde vive hace tiempo, cerca de la frontera con Gaza. Aunque se escondió tras un armario, los terroristas se la llevaron. Sólo le dio tiempo a poner un mensaje a su hijo. Desde entonces no ha vuelto a saber de ella. «Es una mujer muy poderosa -afirma Yonatan Zeigen en un vídeo difundido por la iniciativa #Bringthemhomenow (Traedlos a casa ahora)-. Es decir, parece frágil, pequeña». «Parad esta locura», clama.

Luchadora contra la discriminación de los beduinos y por la igualdad, en 2000 fundó el Centro Árabe-Judío para el Empoderamiento, la Igualdad y la Cooperación, y ha viajado con frecuencia a la Franja para colaborar con activistas palestinas. Ella reconoce la injusticia de la ocupación israelí del pueblo palestino», pero también está «convencida de que el pueblo judío tiene el derecho a tener su patria», asegura una amiga y colaboradora, Ariella Giniger, en declaraciones recogidas por 'The Time'.

Cuando el sonido de las alarmas despertó a Tsachi Idan y su familia, cumplieron con el protocolo y se ocultaron en la sala segura para refugiarse de los cohetes. Lo que no esperaban es que los terroristas entraran a su propia casa en el kibutz Nahal Oz. Asesinaron a sangre fría a su hijo mayor, Maayan, de 18 años, con el carné de conducir recién sacado. «¿A quién le han dado, a quién le han dado?», gritaba el padre, poco antes de descubrir la trágica realidad. Con las manos todavía ensangrentadas de acariciarlo, se llevaron secuestrado a Tsachi, de 51 años. Sigue en poder de Hamás.

«Siempre fue la pesadilla de las pesadillas, pero siempre había una solución del Estado o de las fuerzas de seguridada a esa situación. Y de repente, era real. La pesadilla era real», ha relatado su esposa Gali, en un testimonio cogido por la BBC.

Su pasión es crear arte para llevarlo puesto. Moran Stela Yanai, de 40 años, vendía sus joyas en el festival Tribe of Nova, que exponía al público en una mesa, cuando se desató el salvaje ataque de Hamás. Ella es una de las que se llevaron secuestrada. A muchos otros los asesinaron.

«Moran es el alma más dulce», afirma su cuñado Dan Mor. La familia de Yanai en Tel Aviv la reconoció en un vídeo que se publicó en TikTok en el que aparecía ela en el suelo, aterrorizada, entre textos contra los judíos. «Casi podría resultar molesta por lo amable y sensible que era con los animales -señala Dan Mor, en una información de Ap-. No se podía comer carne a su lado porque era muy sensible a que los animales sufrieran daño, no sólo a las mascotes, sino también a los animales de granja y salvajes».

Hombres armados arrastran a un niño a través de la valla que separa Gaza de Israel. Los terroristas, uno de ellos con la mano ensangrentada, lo amenazan con sus fusiles mientras él los mira aterrado. El pequeño en la sobrecogedora escena, que se pudo ver en un vídeo tras el ataque del 7 de octubre imágenes, es Erez Kalderon, de 12 años. Junto a él fueron secuestrados en su casa del kibutz Nir Oz su padre, Ofer, de 50 años, y Sahar, de 16. Otros dos familiares, Carmela Dan, de 80 años, y su nieta Noya, de 12, murieron, a pesar de que en un principio se creyó que también habían sido tomados como rehenes.

«El último contacto que tuve con mis hijos y mi exmarido Ofer fue cuando le escribí 'ten cuidado, porque sé que hay un terrorista en nuestro vecindario, en las casas de al lado' y él me respondió 'sí, él está aquí ya, hemos escapado por la ventana, nos hemos escondido entre los matorrales'», asegura la madre de los niños, Hadas, en un vídeo difundido por la web de la iniciativa #Bringthemhomenow. «Mi hijo Erez, puesto que llevamos 20 años en este infierno entre operaciones y disparos de cohetes, sufre mucho de ansiedad -explica-. Lo que le ha pasado es su peor pesadilla. Creo que ellos son humanos, seres humanos, tienen también corazón, cuidarán de ellos y no deshonrarán sus cuerpos». «Dejadlos fuera de este juego y liberadlos», pide a los captores.

«Auxilio, auxilio». Esas son las últimas palabras que se conocen de Iván Illarramendi y su mujer Dafna, secuestrados el 7 de octubre en un pequeño kibutz de Kisufim. Así lo contó al enviado especial de ABC el padre de ella, Danny Garkovich, bombero de un área entre Gaza y la frontera con Egipto. Iván es originario de la localidad guipuzcoana de Zarauz.

Según Danny, son «una pareja sencilla, viven felices aquí, estamos muy unidos. Trabajan en un kibutz cercano. Su yerno, afirma, es muy futbolero, «un chico serio, reservado, trabajador y que ha aprendido hebreo, que es difícil para un extranjero. Lo quieren mucho en su trabajo y nos enseña una palabra en euskera: 'kaixo' (hola)». Ahora se aferra a la esperanza de que llegue el día en que ambos vuelvan a casa y el les abra la puerta mientras les dice «bienvenidos».

La madre de Shani Louk, Ricarda, conoció que su hija estaba entre los atacados por Hamás al ver un vídeo en el que aparece su hija inconsciente tendida en la parte trasera de una camioneta.

Sus rastas y tatuajes no dejaban lugar a dudas. Louk, de 22 años, tatuadora y con ciudadanía alemana, había acudido al festival Supernova en el desierto del Neguev ese fatídico día en que los terroristas de Hamás entraron en el recinto a sangre y fuego y cambiaron en un instante lo que debía ser una fiesta en un infierno. Ricarda obtuvo información de que estaba grave en un hospital. Al menos estaba viva. Aún espera volver a verla.

Alex Danzig, de 75 años, lleva tres décadas trabajando en Yad Vashem, un centro de memoria del Holocausto en Jerusalén, enseñando a judíos y polacos lo que sucedió a finales de la Segunda Guerra Mundial, si bien reside cerca de la Franja de Gaza, en Nir Oz. Desde el 7 de octubre su familia no sabe nada de él, por lo que teme que sea uno de los rehenes capturados por Hamás en su ataque contra Israel del 7 de octubre.

Este veterano historiador, nacido el mismo año de la creación del Estado de Israel y cuya hermana mayor, Edith, sobrevivió al Holocausto, visitó el campo de exterminio de Auschwitz en 1986. Fue allí donde se despertó su interés por la matanza sistemática de judíos y, en especial, la complejidad de las relaciones entre judeopolacas. Se pasó décadas guiando visitas a este tipo de recintos de muerte y educando a estudiantes polacos e israelíes.

«Él sabe cómo abrir los corazones a este tema», destaca su amiga y excolega Orit Margilot, que lo define, en declaraciones a la BBC, como «la persona más sabia» que conoce. Su hijo Mati enfatiza al mismo medio: «Tiene miles de estudiantes que lo quieren y adoran».

Mia Schem, de 21 años y nacionalidad francesa e israelí, fue exhibida por Hamás en el primer vídeo difundido como «prueba de vida» de uno de los rehenes. La joven se encontraba entre las asistentes al festival Tribe of Nova cuando se produjo el ataque. En el vídeo aparece con signos de haber sufrido graves lesiones en un brazo, inmovilizado y con una gran cicatriz.

Su madre, Keren Schem, la define como «la luz de su hogar» y «su mejor amiga», tal como recogió ABC. «Es la persona más creativa del mundo. Cocina, pinta, estaba aprendiendo a tatuar... No hay nada que no sepa. Todo lo que toca se convierte en eoro. Es conocida, tiene muchos amigos, hace poco estuvo en Tailandia y tiene un gran corazón», contaba en la plataforma de #Bringthemhomenow. Afirma la madre: «Daría mi vida por traerla de vuelta a casa». «Todo lo que pido es que traigan a mi niña en el mismo estado en que estaba en el vídeo», señala en la grabación.