Qatar da refugio y propaganda al líder de Hamás, Ismail Haniya
El ambicioso y pequeño emirato petrolero acusa a Israel y se ofrece para mediar en un intercambio de prisioneros
El otro horror de Hamás: ancianas secuestradas, humilladas y asesinadas
Los líderes de Hamás que han dirigido la ofensiva contra Israel desde la Franja -hoy en paradero desconocido- se juegan sin duda la vida: son ahora el primer objetivo de la represalia hebrea. Quien no tiene más que motivos de celebración es, en cambio, ... el líder político del movimiento terrorista palestino. Ismail Haniya. De 61 años, ex profesor universitario y padre de 13 hijos, Haniya se encuentra hoy confortablemente instalado en un hotel de lujo en Qatar.
El riquísimo emirato petrolero ha ofrecido además a Haniya un complejo de oficinas, en las que se pudo le pudo ver el pasado sábado, el día de la ofensiva contra Israel. En el vídeo subido a internet se observa al líder de Hamás disfrutar junto a su gabinete de asesores de las imágenes del ataque difundidas por la cadena Al Yasira, la CNN del mundo árabe, controlada por Qatar, como si fuera un partido de la selección palestina en el Mundial 2022.
Ismail Haniya, nacido en un campo de refugiados cerca de Ciudad de Gaza y graduado en Literatura Arabe, se radicalizó durante la primera Intifada, en 1987. Su ascenso en la jerarquía de Hamás, el grupo radical palestino, fue meteórico tras la muerte de los dos líderes anteriores en sendos atentados israelíes. Pasó un tiempo en prisión, y en 2016 decidió huir a Qatar, que le ofreció refugio para poder implicarse en el conflicto entre israelíes y palestinos.
Ismail Haniya se libró de los años más duros en la Franja, pero pagó un precio político. En las 'elecciones internas' ascendieron al liderato de las ramas operativa y militar de Hamás los dos hombres hoy más buscados por Israel, como máximos responsables de la ola de terror: Yahya Sinwar y Mohamed Deif.
Estrategia diplomática
Mientras las fuerzas israelíes les buscarán en Gaza hasta la extenuación, Haniya dialoga en Doha con sus dirigentes para elaborar la estrategia diplomática. Hace dos días, el portavoz del gobierno catarí reconoció que tienen hilo directo con Hamás, acusó a Israel de ser el responsable del conflicto, y anunció que Qatar se ofrece para mediar en un «intercambio de rehenes israelíes por otros palestinos». Según la agencia Reuters, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, habló por teléfono el mismo sábado con el primer ministro de Qatar, para «coordinar esfuerzos».
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Aunque las pruebas de connivencia con Hamás en la preparación de la guerra apuntan a Irán, Qatar no oculta que ahora tiene mucho que ofrecer en la búsqueda de una solución. Da refugio al líder de Hamás, como en su día lo dio a los talibanes. Medió hace poco en las negociaciones secretas entre Washington y Teherán en Doha, en las que se alcanzó un acuerdo de liberación de prisioneros a cambio de miles de millones de dólares, congelados en su día por EE.UU. Y ahora maneja uno de los hilos del conflicto en Gaza.
¿Qué busca el minúsculo pero riquísimo emirato del Golfo? Competir sin duda con su gigante vecino, Arabia Saudí, en el control de la región. Una rivalidad que lleva a ambos países árabes, gobernados por monarquías suníes pero con distinto grado de fundamentalismo religioso, a rivalizar también en el mundo de las empresas y el fútbol occidentales, con el mismo objetivo de política y propaganda.
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