Naufragio en la ruta más mortífera del Mediterráneo: sin rastro de centenares de personas que iban en el barco

La guardia costera griega, la armada, los barcos y aviones mercantes lanzaron una gran operación de búsqueda y rescate después del naufragio a unos 75 kilómetros (45 millas) al suroeste de la península del Peloponeso. Una fotografía aérea de la destartalada embarcación azul dada a conocer por los guardacostas mostraba una gran cantidad de personas cubriendo prácticamente cada centímetro de la cubierta.

Por el momento, 104 personas han sido rescatadas, pero no está claro cuántos faltan. Algunas informaciones iniciales sugieren que más de 700 personas podrían haber estado a bordo. Si al final se confirmara este número, podría convertirse en el naufragio más mortífero de lo que va de año en la temida ruta migratoria del Mediterráneo central. El viaje desde Libia o Túnez a través del Mediterráneo central y el norte de Europa es la ruta migratoria más mortífera del mundo, según la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.

La agencia de noticas Reuters recoge información de la organización benéfica Save the Children que asegura que había alrededor de 100 niños en la bodega del barco.

En los últimos tiempos, el número de barcos hacia Grecia con migrantes se había reducido drásticamente después de que el país intensificara las patrullas marítimas y construyera una valla fronteriza a lo largo del Evros. Muchos migrantes buscan evitar Grecia y llegar a Italia, donde pueden continuar más fácilmente sus viajes hacia el norte. Si los migrantes hubieran sido rescatados por las autoridades griegas, tendrían que atravesar los Balcanes, a menudo hostiles, para llegar a Europa Occidental o del Norte.

Italia ha registrado la gran mayoría de llegadas «irregulares» a Europa en lo que va de año, 55.160. Eso es más del doble de los 21.884 que llegaron en el mismo período en 2022 y 16.737 en 2021. Las personas de Costa de Marfil, Egipto, Guinea, Pakistán y Bangladesh representan la mayoría de las llegadas este año, según datos del Ministerio del Interior.

Ante esta presión migratoria, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni viajó el domingo a Túnez con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para ofrecer al presidente de la República tunecina, Kaïs Saïed, el apoyo financiero de la Unión de más de mil millones de euros. Una suma destinada a evitar la quiebra que amenaza a su país, pero también a ayudarlo a reforzar el control de sus fronteras, habiéndose convertido Túnez en uno de los principales puntos de paso de inmigrantes hacia Italia.

Incluso antes de las muertes del miércoles, se sabía que al menos 1.039 personas habían desaparecido de los cruces del Mediterráneo central este año. Se cree que la cifra real es mucho mayor dada la probabilidad de que nunca se registraran algunos naufragios. En general, la Organización Internacional para las Migraciones ha contabilizado más de 27.000 migrantes desaparecidos en el Mediterráneo desde 2014.

Además de la mortal ruta del Mediterráneo central, la del Mediterráneo occidental es utilizada por inmigrantes que buscan llegar a España desde Marruecos o Argelia. La ruta del Mediterráneo oriental ha sido utilizada tradicionalmente por inmigrantes sirios, iraquíes, afganos y otros inmigrantes no africanos que van primero a Turquía y luego intentan llegar a Grecia u otros destinos europeos.

Hace una semana, la Unión Europea llegó a un acuerdo sobre migración, tras años de negociaciones encalladas en la que se obliga a repartir un número de refugiados por los países de la Unión. Los que se nieguen a esta acogida tendrán que abonar 20.000 euros en una cuenta común por cada persona no admitida. Polonia se moviliza para bloquear el acuerdo migratorio de la UE por motivos de «seguridad nacional».

El 18 de abril de 2015, se produjo el naufragio conocido más mortífero del Mediterráneo cuando un barco de pesca superpoblado chocó frente a Libia con un carguero que intentaba acudir en su rescate. Sólo 28 personas sobrevivieron. Al principio se temía que el casco albergara los restos de 700 personas. Los expertos forenses que trabajaron para identificar a los muertos concluyeron en 2018 que originalmente había 1.100 a bordo.

El 3 de octubre de 2013, un barco de arrastre con más de 500 personas, muchas de ellas de Eritrea y Etiopía, se incendió y volcó frente a la isla de Lampedusa, en el sur de Italia. Los pescadores locales se apresuraron a tratar de ayudar a salvar vidas. Al final, sobrevivieron 155 y murieron 368 personas.

Otro naufragio ocurrió solo una semana después, el 11 de octubre, más lejos en el mar al sur de Lampedusa. El desastre se ha conocido en Italia como la «matanza de niños», por los 60 niños entre las más de 260 personas que murieron. En 2017, el semanario italiano L'Espresso publicó grabaciones de audio de las llamadas desesperadas de ayuda de los migrantes y las autoridades italianas y maltesas aparentemente retrasando el rescate.

El pasado mes de febrero, al menos 60 personas fallecieron y 80 fueron rescatadas con vida después de que naufragara en la costa italiana una precaria embarcación de migrantes en la que más de 200 personas llevaban cuatro días viajando desde Turquía.