«El 11 de agosto hacia las 11H00 de la mañana (08H00 GMT), el ejército ruso disparó sus misiles en dirección a las infraestructuras de la región de Ivano-Frankivsk (...) Un niño de ocho años murió en el bombardeo», informó el despacho del fiscal general en Telegram.
Uno de los misiles cayó sobre una casa en la que vivía una familia con tres niños, informó la misma fuente.
Según la jefa de la administración regional, Svitlana Onishchuk, el niño fue trasladado al hospital en un estado crítico. «Los médicos hicieron todo lo que pudieron, pero lamentablemente no fue posible salvar la vida del niño», añadió en un video difundido en Telegram.
El ejército ucraniano informó que Rusia había lanzado cuatro misiles hipersónicos Kinzhal contra la región de Ivano-Frankivsk y que solo uno de ellos pudo ser interceptado.
Los misiles fueron lanzados desde las ciudades rusas de Tula y Lipetsk, situadas respectivamente a 180 y 460 km al sur de Moscú.
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