El fisco francés concluye que el actual ministro de trabajo no dio trato de favor a Bettencourt

El informe lava la imagen de Woerth y da un respiro a Sarkozy ante su posible implicación en el escándalo de la heredera de L'Oreal

AFP

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Un informe oficial de la Inspección General de Finanzas (IGF) exculpa a Eric Woerth, ministro de Trabajo, ex ministro del Presupuesto, de toda intervención, activa o pasiva, en el escándalo de la evasión e infracciones fiscales de Liliane Bettencourt, dando al caso un nuevo rumbo ... político que Nicolas Sarkozy intentará «rematar» mañana. Entre los distintos casos y procesos judiciales, en curso, el caso muy particular de Eric Woerth era el más grave e inflamable.

La divulgación de conversaciones privadas entre Liliane Bettencourt y el gestor de su patrimonio personal, sugería que Eric Woerth pudo ser cómplice, activo o pasivo, de la evasión de impuestos de la heredera del grupo L’Oreal, cuando, el 2007, el actual ministro de Trabajo era ministro del Presupuesto y tesorero de la campaña electoral de Nicolas Sarkozy.

Woerth pidió la formación de una comisión parlamentaria que estudiase su caso, convencido de la honestidad de su comportamiento. François Baroin, actual ministro del Presupuesto, se apresuró a ordenar una investigación oficial, realizada con la máxima urgencia por la Inspección General de Finanzas (IGF).

Estaba previsto que ese informe se publicase el viernes pasado. Con un retraso de cuarenta y ocho horas, el informe oficial de la IGF es de dominio público y puede consultarse en la web del ministerio de Finanzas [ http://www.budget.gouv.fr/RapportdenqueteIGF.pdf ]. Sus conclusiones son muy simples:

«Cuando fue ministro del Presupuesto -afirma el informe- Eric Woerth nunca intervino, ante ninguna de los servicios que estaban bajo su autoridad, para pedir, impedir u orientar una decisión o control fiscal sobre Liliane Bettencourt, François Marie Banier, Patrice de Maistre o las sociedades Téthys o Clymène».

Es el punto central de la historia. La IGF estima que el ex ministro del Presupuesto no intervino de ninguna manera en el “escándalo madre” del resto de los escándalos paralelos. Hay pocas dudas sobre la existencia de cuentas bancarias en Suiza y varios paraísos fiscales, donde los gestores del patrimonio personal de Liliane Bettencourt depositaron una cantidad mal conocida de millones de euros, evadiendo al fisco francés.

Oficialmente limpio de sospechas el ex ministro del presupuesto, el escándalo toma otro rumbo, con muchos flecos inflamables.

Eric Woerth ha pedido ser interrogado por la justicia, para poder esclarecer, punto por punto, cualquier sospecha que pudiera existir. Y la publicación online del informe de la IGF permite estudiar en detalle la exculpación del actual ministro del Trabajo, responsable personal de la gran reforma pendiente del sistema nacional de pensiones.

Queda por esclarecer, todavía, sin embargo, cual era el puesto de Florence Woerth, la esposa del ministro, en las empresas Téthys y Clymène, utilizadas por los gestores del patrimonio de Liliane Bettencourt para ocultar dinero al fisco francés.

Florence Woerth ha pedido ser interrogada por los inspectores de la brigada financiera que llevan los distintos casos paralelos. Liberado su esposo de las sospechas de fondo, Florence Woerth todavía deberá demostrar su ignorancia sobre los oscuros manejos utilizados para eludir graves responsabilidades fiscales a la mujer más rica de Francia.

El informe de la IGF resta al fabuloso escándalo Bettencourt una parte esencial de su primera dimensión política. El escándalo tiene muchos otros flecos, mucho menos políticos, pero igualmente espectaculares.

Tras el estallido del escándalo, hace poco más de cuatro semanas, Liliane Bettencourt anunció personalmente que se disponía a «regularizar» su situación fiscal. «Regularización» que ya tiene por sí sola muchos puntos oscuros. Exculpado Eric Woerth de toda complicidad en la evasión de impuestos y ocultación haberes financieros importantes, queda en el aire la cuestión no menos compleja de los sobres repletos de dinero que Bettencourt entregaba a personalidades de la más distinta sensibilidad personal y política.

El más famoso de los beneficiarios de tales larguezas fue François Marie Banier, el «amigo íntimo» de la millonaria, de quien se sospecha que pudo recibir poco menos de mil millones de euros de regalos, incluyendo una isla, en las Sicheles. Hubo otros muchos beneficiarios.

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