Los liberales ponen en cuestión la continuidad del Gobierno alemán

El último punto y gran foco de discordia ha sido el hecho de que la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, miembro de Los Verdes, se abstuvo en la votación de la ONU sobre un alto el fuego inmediato en la franja de Gaza. «No conozco exactamente los motivos de la abstención. Pero en el futuro tendremos que coordinar estos procesos más estrechamente en el gabinete», dijo, para repetir después una frase que se volvió icónica en 2017: «Puede llegar un punto en el que diga: es mejor no gobernar que gobernar incorrectamente».

Lindner tiene una postura clara sobre la cuestión de Israel, que se resume en que «Alemania está totalmente de su lado», y dejó claro a los asistentes que «cualquiera que simpatice con organizaciones terroristas, cualquiera que glorifique los actos de violencia en nuestras calles, debe esperar consecuencias del Estado de derecho... Quien tenga sentimientos antisemitas no puede recibir un pasaporte alemán».

Con la mitad de la legislatura a sus espaldas, las diferencias entre el FDP y sus dos socios de coalición, socialdemócratas y verdes, van bastante más allá de la cuestión de Oriente Medio. En una carta incendiaria, 26 políticos liberales han expuesto la larga lista de motivos de fricción, que va desde la eliminación de la energía nuclear hasta la política migratoria, pasando por el «subsidio ciudadano» y la transición energética. Básicamente, en todos los asuntos políticos de primera línea, el FDP disiente.

Por esto esta carta abierta cuestiona la continuidad de la «coalición semáforo», espoleada seguramente por los malos resultados electorales del FDP en los recientes comicios regionales de Hesse y Baviera. «El FDP debe reconsiderar urgentemente sus socios de coalición», escriben los 26 firmantes, que proceden de Schleswig-Holstein, Renania-Palatinado, Baviera, Hamburgo, Baden-Württemberg, Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Renania del Norte-Westfalia.

El documento, titulado '¡Llamada de atención a la libertad!', va dirigido al grupo parlamentario del FDP y al comité ejecutivo federal. «No podemos simplemente ver cómo nos hundimos», apela al mensaje de las urnas, y hace una llamada a abandonar el Gobierno a tiempo. «Los grupos parlamentarios regionales, que no tienen ninguna responsabilidad sobre la política federal del FDP, tuvieron que aceptar pérdidas considerables», refiriéndose a los fracasos en las urnas.

En cuanto al contenido, los firmantes califican de «error» la política de «salida de la energía nuclear», que consideran «completamente motivada emocionalmente». Califican como «indescriptible» la nueva ley de calefacción, implementada por el vicecanciller y ministro de Economía y Clima, el verde Robert Habeck. Describen la política migratoria como «un mosaico» y se quejan de una «inundación de regulaciones» en la administración, que redunda en confusión y falta de operatividad. Y lamentan las consecuencias que el «subsidio ciudadano» tendrá sobre la competitividad de la economía alemana. La carta continúa diciendo que el partido se está doblegando hasta quedar irreconocible en la coalición y los firmantes advierten sobre la «inminente desaparición del único partido liberal» en Alemania.

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Plantean, sin embargo, alternativas. «Pedimos a la ejecutiva del partido que considere seriamente estas alternativas y, si es necesario, busque otros socios de coalición que trabajen por los intereses de Alemania y no por una ideología cuasi religiosa», dicen, en una evidente referencia sin citarla a la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU). El documento concluye que «nuestro principal mandato ahora es examinar críticamente nuestro trabajo gubernamental». Lindner no es partidario de una ruptura precipitada con la «coalición semáforo», que podría resultar irresponsable. «No culpo a los Verdes por tener una visión de la sociedad fundamentalmente diferente a la mía», dijo anoche, «pero se llegará seguramente a un punto en el que ya no se puedan encontrar compromisos justificables».