Kiev produce en masa drones kamikaze según al modelo iraní

Las autoridades ucranianas son plenamente conscientes del riesgo que implica depender del suministro militar extranjero. Estados Unidos y lo países de la Unión Europea han contribuido de forma notable a las capacidades defensivas de Ucrania con el envío de armas tras el inicio de la invasión a gran escala de Moscú en 2022.

Pero la preocupación de Ucrania sobre la constancia de entregas futuras es más que legítima. Sobre todo, teniendo en cuenta los obstáculos que la Administración Biden enfrenta en Washington para aprobar nuevos paquetes de asistencia a Ucrania. Si bien es cierto que desde Kiev se reconoce sin tapujos que la ayuda de los socios es vital, los ucranianos están decididos a multiplicar su propia producción armamentística y minimizar en lo posible esa dependencia crucial.

Ukroboronprom, fabricante estratégico de armas y equipo militar de Ucrania, incrementó en un 62% la fabricación de armamento en comparación con el año pasado. Para 2024 se espera una asignación de hasta siete veces más «para el desarrollo, modernización de la industria de defensa», explica Herman Smetanin, director general de Ukroboronprom, en una entrevista con el medio Ukrainska Pravda. Parte de esos fondos se emplearán para fabricar sus propios cartuchos. Ukroboronprom no reanudó su capacidad de producir cartuchos desde que en el año 2014 la principal planta encarga de hacerlo -ubicada en el óblast de Lugansk- quedó fuera del control de Kiev.

Herman Smetanin corroboró que se están fabricando de forma masiva drones de combate análogos del modelo iraní 'Shahed', que Rusia utiliza para atacar las ciudades e infraestructura crítica de ucraniana. El directivo ucraniano asegura que también «hay modelos más potentes, porque los «shahed» no vuelan tan lejos». Según se desprende de las declaraciones de Smetanin, algunos de estos vehículos aéreos no tripulados ya han sido utilizados contra objetivos militares de Rusia. Su capacidad de vuelo ronda los 1.000 kilómetros y se fabricaron en cooperación con los socios occidentales.

Otra de las necesidades urgentes para los soldados ucranianos son los drones FPV -drones suicidas con vista en primera persona, que permiten la transmisión de vídeo al operador- y para ello compañía estatal está ayudando a empresas pequeñas para su fabricación. «Hemos firmado acuerdos de licencia con tres grandes empresas para la producción de sus modelos», destaca el director de Ukroboronprom.

La coproducción de armamento con los países occidentales es una de las líneas maestras que plantea Ucrania para seguir abasteciendo a sus tropas y sostener en esfuerzo de guerra contra el ejército invasor. Algunas de las fábricas que producen armamento en Ucrania están situadas fueras de la frontera del país. El secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksii Danilov, confesó a ABC el mes pasado que una de sus fábricas de misiles había sido alcanza por un bombardeo ruso. Uno del ejemplo de colaboración entre Ucrania y Estados Unidos fue el desarrollo del sistema de defensa aérea FrankenSAM: misiles-tierra aire de calibre occidental combinados con lanzadores o radares de la época soviética adaptados.

La defensa aérea es fundamental para Ucrania puesto que Rusia también está fabricando grandes cantidades de drones. «Dos baterías Patriot son muy pocas para Ucrania» explica el portavoz de la Fuerza Aérea, Yuriy Ignat. El Ejército ucraniano, dice Ignat, necesita más herramientas para poder destruir los vehículos aéreos del tipo «Shahed» que Moscú lanza contra su país.