Julian Assange, enfermo, el gran ausente en la audiencia sobre su extradición a Estados Unidos, país al que acusa de intentar asesinarlo
El fundador de Wikileaks enfrentaría en EE.UU. una pena de hasta 175 años de cárcel por espionaje
Assange presenta su último recurso para evitar la extradición a Estados Unidos: «Su vida corre peligro cada día que pasa en prisión»
Corresponsal en Londres
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Iniciar sesiónEste martes, decenas de personas, entre periodistas, familiares, amigos, manifestantes e incluso políticos, se dieron cita a las afueras del Tribunal Superior de Justicia de Londres, donde se celebró la primera jornada de la última y desesperada batalla del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ... para evitar su extradición del Reino Unido a los Estados Unidos. Y es que la sede del Tribunal será durante un día más el escenario de esta saga judicial, donde Assange, debido a su precario estado de salud, es el gran ausente.
Desde su reclusión en una prisión británica en el 2019, Assange ha enfrentado cargos relacionados con la revelación de archivos militares secretos, en 2010 y 2011, lo que desencadenó un caso legal que ha polarizado a la opinión pública y planteado preguntas fundamentales sobre la libertad de prensa y los derechos individuales.
El veredicto del 2021 a favor de su extradición fue un punto de inflexión, cuando fueron desestimados los argumentos de la defensa sobre las preocupaciones por su salud mental y la posibilidad de autolesionarse en una cárcel estadounidense. Este dictamen fue confirmado en el 2022, con la entonces Ministra del Interior, Priti Patel, ratificando la orden de extradición. Así, esta es la última opción del periodista ante la justicia británica, una audiencia en la que sus abogados buscan desesperadamente que la extradición no se convierta en realidad. Si este último recurso resulta infructuoso, Assange habrá agotado todas las vías de apelación en el Reino Unido, y la extradición a los Estados Unidos, donde se enfrentaría una pena de hasta 175 años de cárcel por los cargos de espionaje, podría ser inminente.
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El estado de salud del hacker y padre de dos niños se ha convertido en un factor central en este drama legal. Incapaz de comparecer debido a su frágil condición física y mental, su esposa, Stella Assange, expresó a la BBC que su marido no sobreviviría a la extradición a territorio estadounidense. «No hay posibilidad de un juicio justo si es extraditado a Estados Unidos», dijo. «Nunca estaría a salvo». La que fuera una de sus abogadas antes de convertirse en su esposa afirmó que el caso contra su marido es »una admisión por parte de Estados Unidos de que ahora criminalizan el periodismo de investigación» y denunció que «es un ataque a la verdad y al derecho del público a saber«, señaló, y agregó que cree que lo que le sucedió a Alexéi Navalni «puede sucederle a Julian». «Esta farsa tiene que terminar», exigió. Gabriel Shipton, hermano de Assange, también detalló ante la prensa la delicada situación salud del activista, del que dijo que está experimentado un cuadro de sufrimiento intenso en la prisión de Belmarsh, donde se encuentra recluido. En el corazón de la estrategia legal de Assange está la denuncia de un presunto complot de la CIA para secuestrarlo o asesinarlo mientras se refugiaba en la Embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo siete años. Mark Summers, uno de sus abogados, dijo antes los jueces que «el plan desarrollado por Estados Unidos buscaba matar al señor Assange», y añadió detalles sobre un presunto plan para secuestrarlo o envenenarlo.
El estado de salud del hacker y padre de dos niños se ha convertido en un factor central en este drama legal. Incapaz de comparecer debido a su frágil condición física y mental, su esposa, Stella Assange, expresó a la BBC que su marido no sobreviviría a la extradición a territorio estadounidense. «No hay posibilidad de un juicio justo si es extraditado a Estados Unidos», dijo. «Nunca estaría a salvo». La que fuera una de sus abogadas antes de convertirse en su esposa afirmó que el caso contra su marido es »una admisión por parte de Estados Unidos de que ahora criminalizan el periodismo de investigación» y denunció que «es un ataque a la verdad y al derecho del público a saber», señaló, y agregó que cree que lo que le sucedió a Alexéi Navalni «puede sucederle a Julian». «Esta farsa tiene que terminar», exigió. Gabriel Shipton, hermano de Assange, también detalló ante la prensa la delicada situación salud del activista, del que dijo que está experimentado un cuadro de sufrimiento intenso en la prisión de Belmarsh, donde se encuentra recluido.
En el corazón de la estrategia legal de Assange está la denuncia de un presunto complot de la CIA para secuestrarlo o asesinarlo mientras se refugiaba en la Embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo siete años. Mark Summers, uno de sus abogados, dijo antes los jueces que «el plan desarrollado por Estados Unidos buscaba matar al señor Assange», y añadió detalles sobre un presunto plan para secuestrarlo o envenenarlo.
Ed Fitzgerald, también en el equipo legal de Assange, destacó el riesgo sustancial que enfrentaría su cliente si fuera juzgado en los Estados Unidos. Fitzgerald advirtió sobre «un riesgo real de que sufra una negación flagrante de justicia», señalando la naturaleza política del caso. Según el tratado de extradición entre Estados Unidos y el Reino Unido, un acusado no puede ser transferido si el delito alegado es de naturaleza política, y la defensa argumenta que las acciones de WikiLeaks, al exponer irregularidades en Estados Unidos, constituyen un acto inherentemente político y, por lo tanto, no deberían ser objeto de extradición.
La defensa también planteó la idea de que Assange fue objeto de una conspiración para silenciarlo durante su tiempo en la Embajada de Ecuador en Londres y argumentan que existe un «riesgo real de acciones extrajudiciales adicionales por parte de la CIA u otras agencias» y Fitzgerald afirmó que Assange está siendo objeto de una »interferencia injustificada en la libertad de expresión».
«El solicitante está siendo procesado por delitos políticos», aseveró, y reiteró: «La acusación tiene motivaciones políticas» ya que el activista estaba «exponiendo una grave criminalidad. Se le está procesando por participar en la práctica periodística ordinaria de obtener y publicar información clasificada, información que es verdadera, y de evidente e importante interés público».
Por otro lado, Estados Unidos mantiene que las acciones de Assange van más allá de la práctica periodística y que pusieron en riesgo la vida de informantes en Irak y Afganistán que colaboraban con las fuerzas estadounidenses.
Fuera de la sala donde se celebró la audiencia, que empezó a las 10.30 de la mañana y acabó a las 16.30, hora local, activistas, medios de comunicación y figuras políticas prominentes, como Jeremy Corbyn, quien fuera líder del Partido Laborista, se congregaron para expresar su apoyo a Assange en un escena que se repitió en varias partes del mundo.
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