POSTALES

Sorpresa nórdica

Si el vídeo de Sanna Marin es lo único que tienen contra ella, no les auguro mucho éxito

Tengo que empezar con una confesión: el ya famoso, repetido, cuestionado video de la Primera Ministra finlandesa me ha producido más estupefacción que la reciente solicitud de su país de ingresar en la OTAN. Ésta, al menos, se basa en criterios firmes, comenzando por el ... temor de que Putin, tras digerir Ucrania, continúe la tarea de apoderarse con todos los países que pertenecieron, por mucho o corto tiempo, a Rusia, entre los que se cuenta el de la 'premier' finesa. Mientras el baile, danza o lo que fuese de Sanna Marin, su nombre, se limita a unos contoneos con el cuerpo, escultural eso sí, pero sin malicia alguna y, desde luego, sin que se desprenda de ninguna prenda, que es como suelen discurrir ese tipo de exhibiciones. Para acabar abrazada y besuqueada por amigas, al tratarse de una fiesta, puede incluso de una celebración, aunque no se nos explica la causa. Algo que en el único país donde se consideraría escandaloso sería en el Afganistán que han vuelto a ocupar los talibanes, para, entre otras muchas cosas, enclaustrar a las mujeres en los burkas, aparte de prohibírselas cualquier tipo de trabajo al margen del doméstico, pero éste es otro asunto, mucho más grave.

No he estado nunca en Finlandia, el país de los mil lagos lo llaman, pero tuve abundantes ocasiones de tratar a finlandeses y finlandesas en aquel Berlín de hace medio siglo, dividido y ocupado, donde había gentes de todas partes. Los finlandeses se distinguían por dos rasgos: siendo sin duda nórdicos, no tenían la sequedad de los suecos ni el talante vikingo de los noruegos, algo que uno de ellos me explicó con orgullo «somos los mediterráneos del norte de Europa». Aunque tienen un idioma endiablado, que no es latino, germánico ni nada que se le parezca. Pero no hay que preocuparse: ellos y ellas hablan todos los idiomas, por lo que la comunicación está asegurada.

Es lo que lo de su premier me dejó estupefacto: ¿qué hay de extraño que una mujer joven, 36 años, atractiva. se marque unos pases salidillos, pero que en un stripping bar no la harían recoger mucho dinero de la audiencia? ¿Más, en una fiesta entre amigos, nada más y nada menos que en una país nórdico, donde el nudismo es bastante corriente en las playas? He dado muchas vueltas a la cosa y la única explicación que le encuentro está en lo que apuntaba al comienzo. No voy a decir que Putin esté detrás de esta campaña contra la primera ministra finlandesa que rompió la tradicional neutralidad de su país en el pulso Este-Oeste. Tampoco es fácil defenderle tras su brutal invasión de Ucrania. Pero los amigos que le quedan en esta parte pueden creer haber encontrado un arma contra Sanna Marin en lo impropio de esos contoneos. Aunque si es lo único que tienen contra ella, no les auguro mucho éxito.

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