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POSTALES

Sorpresa nórdica

Si el vídeo de Sanna Marin es lo único que tienen contra ella, no les auguro mucho éxito

José María Carrascal

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Tengo que empezar con una confesión: el ya famoso, repetido, cuestionado video de la Primera Ministra finlandesa me ha producido más estupefacción que la reciente solicitud de su país de ingresar en la OTAN. Ésta, al menos, se basa en criterios firmes, comenzando por el ... temor de que Putin, tras digerir Ucrania, continúe la tarea de apoderarse con todos los países que pertenecieron, por mucho o corto tiempo, a Rusia, entre los que se cuenta el de la 'premier' finesa. Mientras el baile, danza o lo que fuese de Sanna Marin, su nombre, se limita a unos contoneos con el cuerpo, escultural eso sí, pero sin malicia alguna y, desde luego, sin que se desprenda de ninguna prenda, que es como suelen discurrir ese tipo de exhibiciones. Para acabar abrazada y besuqueada por amigas, al tratarse de una fiesta, puede incluso de una celebración, aunque no se nos explica la causa. Algo que en el único país donde se consideraría escandaloso sería en el Afganistán que han vuelto a ocupar los talibanes, para, entre otras muchas cosas, enclaustrar a las mujeres en los burkas, aparte de prohibírselas cualquier tipo de trabajo al margen del doméstico, pero éste es otro asunto, mucho más grave.

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