JOSÉ M. DE AREILZA - MONNET & CO.

Biden al volante

El principal problema al que se enfrenta el presidente no está en Gaza ni en el Donbás, es interno. Desde Irán y Afganistán la ciudadanía estadounidense no quiere más guerras, por su elevado coste en vidas y recursos

Debates, ¿para qué?

Joe Biden, presidente de Estados Unidos AFP

Estados Unidos no podría tener mejor presidente para gestionar las guerras simultáneas de Ucrania e Israel. Joe Biden es uno de los políticos occidentales que mejor conoce Rusia y Oriente Medio, dos zonas a las que ha dedicado miles de horas a lo largo de ... medio siglo de servicio público. Su visión realista y templada de las relaciones internacionales es providencial en un mundo plagado de los llamados 'hombres fuertes', que aplican fórmulas tan simples como equivocadas y justifican su poder creando enemigos externos.

Pero el principal problema al que se enfrenta Biden no está en Gaza ni en el Donbás, es interno. Desde Irán y Afganistán la ciudadanía estadounidense no quiere más guerras, por su elevado coste en vidas y recursos. Rusia y Oriente Medio no han figurado en las prioridades de Estados Unidos en los últimos quince años, una superpotencia volcada en la contención y rivalidad con China y poco dispuesta a ser el proveedor de estabilidad global. El propio presidente ganó las elecciones ofreciendo una política exterior para la clase media y ha impulsado una política industrial proteccionista, que hace frente al ascenso chino y revisa buena parte de la globalización económica.

Uno de los más agudos analistas del poder norteamericano, Bob Gates, secretario de Defensa con George Bush Jr. y con Barack Obama, ha descrito hace poco a su país como una «superpotencia disfuncional». La polarización y las divisiones ideológicas impiden formular una estrategia a largo plazo en la política exterior y disponer de todos los recursos necesarios a la hora de garantizar la seguridad. En este contexto tan difícil, Biden intenta unir a demócratas y republicanos ante las guerras gemelas, explicando por qué se debe respaldar a dos democracias que luchan contra la tiranía y el terrorismo. Vuelca sus menguadas energías en revertir una inercia de repliegue internacional que comenzó Obama. Pero los republicanos, dominados por un Donald Trump cada vez más descontrolado, están dispuestos a apoyar Israel y menos a Ucrania. No aceptan el tímido universalismo del presidente, por mucho que invoque la acertada idea de Madeleine Albright, Estados Unidos como la «nación indispensable».

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios