El director de la CIA, y las delegaciones de Israel y Hamás abandonan las conversaciones en Egipto sin llegar a un acuerdo

Después de seis meses de apoyo militar y diplomático sin fisuras, las palabras de Biden, que en ningún momento anunció un embargo a su aliado, causaron malestar en la cúpula del Estado judío, que presenta la guerra en Gaza como «una lucha por nuestra existencia», en palabras del ministro de Economía, Bezalel Smotrich. El responsable de Exteriores, Israel Katz, afirmó que «seguiremos adelante hasta la destrucción de Hamás. No hay guerra más justa que esta».

El enviado del Estado judío a la ONU, Gilad Erdan, fue más allá y alertó a Biden que «este movimiento hará que muchos judíos estadounidenses no le voten en las próximas elecciones». Erdan lamentó que «cualquier restricción impuesta a Israel da esperanza al enemigo a la hora de pensar que podrá lograr sus objetivos».

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EE.UU. detiene el suministro de bombas a Israel por su «preocupación» por la posible invasión de Rafah

Estados Unidos es el principal suministrador de armas de Israel, muy por delante de Alemania e Italia. Fuentes de seguridad israelíes consultadas por Yediot Ahronot, principal diario del país, señalaron que «Estados Unidos seguirá entregando armas, pero prohibirán su uso en Rafah, algo que Washington puede hacer en función al acuerdo de adquisición».

Las palabras de Biden fueron más un mensaje a Netanyahu para que, por una vez en siete meses, hiciera caso a sus palabras, que una orden de corte del suministro militar. Sin embargo, diarios como 'The Jerusalem Post' no dudaron en calificar el movimiento como una «traición que amenaza la seguridad nacional».

La operación contra Rafah sigue adelante e Israel mantuvo cerrado un día más el paso de Rafah, la arteria principal de entrada de comida, medicinas y combustible a la Franja. El éxodo de civiles bajo las bombas no cesa desde que los israelíes ordenaron evacuar los barrios del este, los más cercanos a la verja de separación. Louise Wateridge, representante de UNRWA, agencia de la ONU encargada de los refugiados palestinos, dijo que aproximadamente 79.000 personas habían abandonado Rafah desde el lunes y aseguró que «los bombardeos fueron importantes durante la noche y la mañana». Se calcula que Rafah ha llegado a albergar a 1,4 millones de palestinos, la inmensa mayoría desplazados del norte que llegaron escapando de las bombas.

Israel presiona al enemigo con sus avances en Rafah, y realizó una incursión importante en el distrito de Al Zeitun, en Ciudad de Gaza, al mismo tiempo que mantiene una delegación en El Cairo negociando la propuesta de alto el fuego aceptada por Hamás, que abriría la puerta a una tregua de seis semanas y al intercambio de cautivos por presos palestinos. Estados Unidos presiona para que ambas partes lleguen a un acuerdo.

El cierre del cruce de Rafah tiene un impacto directo en toda la Franja donde los precios de los alimentos que están a la venta se han disparado y la gente compra lo que puede porque nadie sabe lo que puede durar esta situación de bloqueo del paso. Una ventana que parece abrirse es la del puerto construido por el ejército de Estados Unidos ya que un buque con ayuda ha salido de Chipre en dirección a Gaza y tiene previsto llegar en los próximos días. Se trata de la segunda experiencia de la ruta marina desde Chipre tras los viajes realizados por Open Arms y World Central Kitchen.

En El Cairo, representantes de Hamás, Israel, Estados Unidos, Egipto y Qatar se habían reunido desde el martes para alcanzar una tregua, pero el director de la CIA, William Burns, dijo que las delegaciones de Israel y Hamás han abandonan las conversaciones en Egipto sin llegar a un acuerdo. Fuentes israelíes han declarado a la televisión publica que han surgido «brechas irreconciliables» entre las partes.