Irán suspende la lapidación de Ashtiani

Irán justifica la sentencia argumentando que la mujer no solo ha sido condenada por adulterio, sino que también pesa sobre ella el presunto asesinato de su marido: «Sakineh Mohammadi ha cometido dos delitos, uno es colaborar en el asesinato de su marido y otro, haberle traicionado al mantener relaciones extramatrimoniales con diferentes hombres», afirmó Ramin Mehmanparast, portavoz del Ministerio de Exteriores iraní. La paradoja es que los propios jueces iraníes consideran el caso como dudoso.

Hasta ahora, el régimen de los ayatolás había detenido la ejecución de Ashtiani tras la denuncia de su entonces abogado Mohammad Mostaefi —exiliado en Suecia por defender su caso— y las protestas de varias ONG y fuerzas políticas occidentales. El anuncio de ayer avisa de una suspensión y nueva revisión judicial del caso.

En París, el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, estaba decidido a viajar a Teherán para interceder en el caso, a pesar de las tiranteces con Irán que la semana pasada llamó «prostituta» a la primera dama francesa, Carla Bruni, por defender la causa de Ashtiani. También Roma pidió «un gesto de clemencia» para la iraní a través de su ministro de Exteriores, Franco Frattini, y España se unió a las presiones con una declaración institucional de muestra de apoyo en la que se reclamaba la abolición de la pena de muerte.

Ashtiani recibió 99 latigazos tras su condena en 2006 y, tras la publicación de una fotografía suya sin velo por el diario británico «The Times» —que resultó ser falsa— fue castigada con otros 99, según informó su actual abogado, Javid Houtan Kian. Amnistía Internacional calificó ayer de insuficiente la suspensión de la condena a muerte por lapidación: «La presión internacional debe ser más fuerte para que de la suspensión se pase a la conmutación de la pena de muerte».