Irán presenta su primer misil hipersónico de fabricación doméstica

Pese al férreo bloqueo que sufre el régimen islámico, su industria militar demuestra una vez más su capacidad de innovación y sigue la estela de Estados Unidos en la fabricación de proyectiles hipersónicos. Recientemente el Pentágono probó con éxito un nuevo misil táctico hipersónico conocido popularmente como el 'Martillo de Thor'.

El desarrollo balístico iraní es uno de los puntos de mayor preocupación para Occidente porque en el futuro podría servir para el lanzamiento de proyectiles con cabeza nuclear, aunque Teherán siempre ha negado que persiga la fabricación de este tipo de armamento. El responsable del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, presente en la cumbre sobre clima COP27 en Sharm el Sheij, declaró que «todo este tipo de anuncios aumentan la inquietud y refuerzan la atención pública sobre el programa nuclear iraní«.

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La negociación para resucitar el pacto nuclear de 2015, una de las promesas electorales de Joe Biden, sigue estancada. Irán sigue dando pasos que le alejan del texto original, aunque insisteque se trata de medidas «reversibles» para presionar al resto de firmantes. En cuanto Estados Unidos levante los castigos, la república islámica asegura que volverán a respetar los puntos acordados en 2015, pero han pasado dos años desde la llegada de Biden y Washington no retira las sanciones.

El arsenal iraní no para de crecer. En febrero, coincidiendo con el 43 aniversario del triunfo de la revolución islámica, presentaron otro nuevo misil de larga distancia con capacidad de alcanzar objetivos a 1.450 kilómetros de distancia. A este proyectil de fabricación doméstica le bautizaron como «Kheibar Shekan», nombre en farsi que se traduce como 'destructor de Jáibar', en alusión a un antiguo oasis habitado por judíos situado en la actual Arabia Saudí que fue conquistado por guerreros musulmanes en el siglo VII.

A los misiles hay que sumar el papel importante que juegan sus drones en la guerra de Ucrania, donde se han convertido en un arma al servicio de Moscú. Irán comenzó a producir el modelo Shahed-136 hace tan solo un año y el primer campo de pruebas fue Yemen, donde los emplearon los rebeldes hutíes contra posiciones saudíes.