La inmigración y la edad de jubilación marcan el debate de los candidatos en Francia

TF1, primera cadena de tv nacional, privada, y retransmitido en director por otras cadenas de radio y tv, el debate comenzó con la cuestión esencial del poder adquisitivo.

Attal, en nombre del gobierno de Emmanuel Macron, anunció medidas de ayuda a las empresas, con el fin de facilitar subidas de sueldo que permitan aumentar el poder adquisitivo.

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Bardella anunció una medida espectacular: reducir «masivamente» el IVA de los productos energéticos y productos de consumo básicos.

Bompard anunció una subida inmediata del salario mínimo hasta los 1.600 euros.

Desde hace días, los analistas financieros denuncian con inquietud las propuestas de la extrema derecha y la extrema izquierda.

Tras el debate sobre el poder adquisitivo, los grandes rivales abordaron el tema de la jubilación. Attal defiende la reforma que tardó varios años en poder aplicarse, elevando a 64 años la jubilación oficial. Bardella y Bombard, extrema derecha y extrema izquierda coinciden en ese punto capital: abolir la reforma en curso de aplicación, para imponer la jubilación de los 60 años, que fue la gran propuesta de la unión de la izquierda socialista y comunista en los años 80 del siglo pasado. En la actualidad, la jubilación en el resto de Europa oscila entre los 65 y 68 años.

La lucha contra la inmigración fue uno de los debates más duros, polémicos y problemáticos.

En nombre del gobierno, Attal reafirmó su defensa de la política actual, que, a su modo de ver, puede «reforzarse» de manera policial y judicial.

Bardella confirmó los grandes cambios que pudiera proponer su gobierno, si llega a ser primer ministro de cohabitación con Emmanuel Macron, prometiendo combatir de manera mucho más «enérgica» la inmigración ilegal.

En ese mismo terreno, Bardella confirmó que su partido se propone abolir el derecho de suelo… ese derecho permite a los hijos de inmigrantes adoptar la nacionalidad francesa, con solo solicitarlo y pasar unos exámenes. Es una medida que adoptaron los Reyes de Francia entre los siglos XIV y XV y que ha sido confirmada y matizada por Napoleón, todos los gobiernos de los últimos doscientos años, por de Gaulle y todos los gobiernos de la V República. La derogación de ese derecho secular es una decisión que puede provocar un choque institucional y que tendrá que confirmar o rechazar el Tribunal Constitucional.

Tras el previsible debate constitucional, para aceptar o rechazar la abolición de ese derecho secular, el partido de Marine Le Pen plantea otro debate de inmenso calado: el concepto de nacionalidad y «doble nacionalidad», que Bardella también se propone «abolir». En Francia, hay muchos ciudadanos que tienen la nacionalidad francesa y la nacionalidad de su país de origen. Se trata de una cuestión que afecta a decenas de millones de franceses.

Bardella anuncia «un debate tranquilo y respetuosos». En la práctica, la intervención del Tribunal Constitucional podría complicar esa ambición.

En materia religiosa, multicultural, Bardella y Attal comparten algunos puntos básicos. Mientras que el representante de La Francia Insumisa es mucho más «comprensivo» de los franceses de religión musulmana. Bardella ha renunciado a la prohibición radical del velo islámico por todas partes, mientras que Attal defiende la prohibición de rompa musulmana en las escuelas.

Ante el tema crucial del futuro energético, Bardella y Attal confirmaron su confianza en la energía nuclear «la energía más limpia y ecológica», mientras que Bompard reconoció que el Nuevo Frente Popular está muy dividido en esa cuestión capital.

El gran debate terminó con una reflexión personal de cada participante.

Jordan Bardella, el primero, declaró: «Queridos compatriotas tienen ustedes la oportunidad de abrir una nueva página en la historia de Francia, poniendo fin al macronismo para mejorar la vida de nuestros compatriotas más modestos».

Manuel Bompard concluyó de este modo: «Nuestros compatriotas de todas las sensibilidades tienen la oportunidad de poner fin a este gobierno que ha gobernado para los ricos y los privilegiados».

Gabriel Attal cerró el debate haciendo este llamamiento nacional: «Queridos compatriotas con estas elecciones se juega el futuro de Francia, entre la responsabilidad y la irresponsabilidad. Mis rivales han hecho promesas irresponsables que traerán consigo más pobreza y más impuestos. Debemos evitar ese riesgo».