Hizbolá y Cisjordania, los otros frentes de guerra para Israel
La situación en la frontera norte con Líbano cada vez es más tensa con intercambio de disparos y misiles
La zona controlada por la Autoridad Palestina sufre sus jornadas más violentas desde 2005
Guerra Israel - Hamás, en directo
El Ejército israelí ha volcado gran parte de su fuerza en la zona sur del país en la frontera con Gaza, después de que el sábado pasado milicianos de Hamás llevasen a cabo en esa zona uno de los mayores golpes al Estado hebreo ... que se recuerda.
Pero los frentes abiertos en el norte, con la milicia libanesa de Hizbolá y en el este, con Cisjordania, pueden agravar aún más la situación en la zona. Mientras Israel combate al movimiento islamista palestino Hamás, enfrenta la cuestión estratégica de si Irán ordenará a su otro protegido, Hizbolá, que abra un segundo frente en el norte. Este domingo, el Gobierno de Netanyahu declaró su frontera norte con Líbano zona militar cerrada después de varios enfrentamientos con víctimas mortales con la milicia libanesa. Estos enfrentamientos siguieron con un intercambio de proyectiles de artillería que alcanzaron a la población israelí de Shtula y a la localidad libanesa de Aita el Shaab.
En un comunicado emitido este domingo y publicado por el periódico 'Times of Israel' el Ejército israelí declaró «la entrada queda estrictamente prohibida a la población civil, que deberá permanecer vigilante y no entrar en la zona«. A los residentes de las comunidades que se encuentran dentro de esta zona, el Ejército de Israel ordenó que permanecieran en los refugios designados hasta nueva orden.
Las tensiones en el norte están aumentando a la par de la guerra en Gaza. Israel, a través de su ministro de Defensa, quiso dejar claro que «no están interesados» en abrir una nueva guerra en su frontera norte con el Líbano. Sin embargo, los intercambios de disparos continúan día a día.
El primer golpe lo dio la milicia libanesa un día después del ataque de Hamás en el sur de Israel. El grupo chií libanés lanzó cohetes hacia el monte Dov, que definió públicamente como un paso para identificarse con la lucha palestina. La última guerra a gran escala entre Israel y los combatientes de Hizbolá terminó en 2006 con una serie de entendimientos entre Israel y el grupo chií que limitaron en gran medida la violencia a una pequeña franja de territorio en disputa cerca de los Altos del Golán.
Esta amenaza está obligando a Israel a desplegar una parte significativa de su poder militar en la frontera norte, a expensas de las fuerzas enfrentadas contra Hamás. «(Hizbolá) es la amenaza convencional más importante para la seguridad de Israel», comentaba hace unas semanas Orna Mizrahi, experta en terrorismo del Institute for National Security Studies de Israel.
A pocos kilómetros de ahí y mientras Israel se prepara para lanzar una feroz operación terrestre contra Hamás, una gran incertidumbre se apodera de Cisjordania. Según datos de la Oficina Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), desde el inicio de la guerra el pasado sábado, las fuerzas israelíes han matado a 49 palestinos en Cisjordania, incluidos 13 menores, a los que se añaden cinco palestinos asesinados por colonos israelíes en el territorio ocupado y más de 1.100 heridos. «Esta ha sido la semana más mortífera para los palestinos de Cisjordania desde que OCHA inició el registro de víctimas en 2005«.
Bloqueo de Cisjordania
Desde el sábado pasado, el Ejército israelí cerró los cruces al territorio palestino y bloqueó las rutas entre las ciudades con el argumento de que son medidas necesarias para prevenir ataques.
Los últimos años en este territorio han estado marcados por asesinatos, incursiones del Ejército israelí, demoliciones de viviendas y desplazamientos de comunidades enteras de Cisjordania, como lo documentan grupos de derechos humanos y agencias de la ONU.
Cisjordania, que para los israelíes es Judea y Samaria, es la zona donde los palestinos ven como el centro de un posible Estado. Durante décadas, ha sido ocupada y supervisada por el Gobierno de Israel junto con la Autoridad Palestina (AP) y se pensaba que la creciente brutalidad mostrada hacia los palestinos por los israelíes que viven en asentamientos en Cisjordania podría provocar un levantamiento o intifada.
Fracaso de la Autoridad Palestina
Ahora, la guerra en Gaza añade una nueva dimensión a la situación. Hamás dice que una de las motivaciones de su ataque contra Israel es inspirar un levantamiento más amplio en toda Cisjordania que derroque a la débil Autoridad Palestina .
Cisjordania y la Franja de Gaza conforman los territorios palestinos que fueron separados del territorio histórico de Palestina –el área al oeste del río Jordán– que fue mandato británico desde la década de 1920 hasta la creación del Israel moderno en 1948.
Los dirigentes palestinos en Cisjordania reconocieron a Israel y renunciaron a la lucha armada hace más de tres décadas, con la esperanza de que condujera a un Estado en Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental, territorios tomados por Israel en la guerra de 1967. Pero las conversaciones fracasaron repetidamente, en parte debido a la violencia de Hamás pero también debido a la implacable expansión de los asentamientos por parte de Israel, que ahora albergan a más de medio millón de israelíes.
No ha habido conversaciones de paz serias en más de una década, y la AP se ha convertido en poco más que un organismo administrativo en el 40% de la Cisjordania ocupada donde se le permite operar. El presidente palestino Mahmoud Abbas ha sido incapaz de detener la expansión de los asentamientos, la violencia de los colonos o las demoliciones de viviendas. Además, ha sido marginado durante todas las guerras de Gaza (incluida ésta) y la AP es ampliamente vista como un cómplice corrupto de la ocupación.