Francia, día negro: huelga en los transportes y servicios públicos estratégicos busca paralizar el país

La huelga del personal de las refinerías de Francia comenzó el mes de septiembre pasado. Varios sindicatos han negociado un acuerdo salarial, inválido para otros sindicatos, que siguen perturbando la distribución de combustibles. Más del 30% de las gasolineras francesas tienen problemas graves o muy graves de abastecimiento.

La huelga de las refinerías se ha extendido a geometría variable en varios sectores públicos estratégicos.

En la SNCF ('Société nationale des chemins de fer français', equivalente a la Renfe española), los ferroviarios protagonizan hoy una huelga «total». Apenas funcionará la mitad de los trenes nacionales, con previsibles trastornos del tráfico europeo.

En los autobuses del sector público, la huelga será entre «total» y «relativa» en toda Francia. Teóricamente, el metro parisino funcionará «relativamente bien» de manera «aleatoria». La mitad o más de los autobuses funcionará «mal» y «relativamente mal».

En la enseñanza, la movilización en escuelas e institutos se prevé modesta. Por el contrario, la formación técnica profesional sufrirá de paros y cierres «importantes».

Los servicios públicos administrativos funcionarán «a medio gas». A primera hora de la mañana, nadie parecía saber qué servicios funcionarían y qué ventanillas estarían cerradas.

La huelga y perturbación en ferrocarriles y transportes públicos tiene tradicionalmente varias consecuencias graves: atascos interminables, abastecimientos muy complicados, grandes superficies muy afectadas en varias regiones.

A última hora de la mañana y primera hora de la tarde comenzará un rosario de más de un centenar de manifestaciones de protesta, en París y en toda Francia. Habrá protestas unitarias y particulares de cada sindicato por su cuenta y riesgo.

Globalmente, la jornada de huelgas y manifestaciones afecta esencialmente al sector público, transportes y funcionarios. Siendo Francia una sociedad muy burocrática, con un peso excepcional del Estado en la vida pública, este tipo de jornadas de protesta suelen tener consecuencias en toda la vida nacional.

Los sindicatos del sector público piden aumentos salariales «para combatir la inflación, la carestía de la vida».

Emmanuel Macron y su primera ministra, Élisabeth Borne, se reunieron en cónclave la tarde del lunes con sus ministros de Interior, Economía y Transportes, para estudiar medidas prácticas de «respuesta». El presidente de la República, por su parte, hará una visita oficial a la Gran Mezquita de París la tarde del martes.