La extrema izquierda propone destituir a Macron para «resolver» la crisis

Según el artículo 68 de la Constitución, el presidente puede ser destituido si su comportamiento es «manifiestamente incompatible con su mandato». La propuesta de LFI se apoya en ese artículo, tiene pocas posibilidades de éxito pero da una idea muy gráfica del estado de crispación política extrema.

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LFI espera contar con el apoyo de comunistas, socialistas y ecologistas «duros», abriendo un debate de todos contra todos a gritos y excomuniones. Y vetará a todos los candidatos a primer ministro que no sean «compatibles» por su propio programa de extrema izquierda. Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, por su parte, propone un debate parlamentario, anunciando que también vetará a los candidatos conocidos al puesto de primer ministro, Bertrand Cazaneuve («socialista») y Xavier Bertrand (conservador).

Con 143 diputados, el partido de Le Pen es el que tiene mayor fuerza parlamentaria: no puede gobernar, pero puede impedir que otros partidos gobiernen. Con 78 diputados, LFI es el partido más importante de las izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP), que tiene 184 diputados, divididos entre socialistas, comunistas y ecologistas, que no siempre se entienden en cuestiones esenciales. No pueden gobernar, pero pueden censurar a cualquier gobierno. Los cuatro partidos que apoyan a Emmanuel Macron tienen 166 diputados: no pueden gobernar, pero pueden complicar la formación de otros gobiernos.

Los 65 diputados de la derecha tradicional no pueden aspirar a gran cosa: pero pueden «dejarse querer» por Macron y «vetar» a sus adversarios… A lo largo de todo el martes, todos esos grupos denunciaron el comportamiento de Macron, incapaz de encontrar un primer ministro que satisfaga a una «mayoría». Todos lanzaron anatemas con los candidatos adversarios. En ese marco, el proyecto de destitución de Macron no tiene futuro, pero abre una nueva brecha de tensiones, cuando las cuestas del Estado siguen empeorando, con un crecimiento inquietante de los déficits públicos.

La prensa satírica, por su parte, ha encontrado un filón esperpéntico. El semanario 'Charlie Hebdo' compara a Macron con el hombre que vendía a su esposa, drogada, para que la violasen desconocidos. En su portada de este miércoles, presenta a Macron drogando y torturando a su esposa nombrándola jefa de un gobierno fantasma.