La expansión de la guerra en Gaza aumenta el temor a un choque directo con Irán

El temor final de esa expansión es que desemboque en un choque directo entre Estados Unidos e Israel contra Irán, algo que no se ha vivido hasta ahora en una región habituada en los últimos años a la estrategia de guerras indirectas diseñado por la Guardia Revolucionaria iraní. En las guerras de Líbano (2006) o Irak (2003), los iraníes han sido capaces de combatir a sus enemigos de forma indirecta a través de Hizbolá y otras milicias, pero nunca les ha tocado pelear en su propia casa.

Las acusaciones de Israel contra Teherán no han tenido el soporte de pruebas y Benjamín Netanyahu, un político obsesionado con la amenaza iraní, reconoció que «no puedo decir con certeza que Irán estuvo envuelto directamente en el 7 de octubre, pero son ellos quienes aportan el 90% del presupuesto del grupo, les organizan y les guían». Israel ya ha demostrado en el pasado reciente que no necesita de pruebas para tomar decisiones drásticas y por eso en 2018 empujó a Donald Trump a romper el acuerdo nuclear firmado con los iraníes por Barack Obama. Fue Trump quien, también de acuerdo con el criterio Israel, ordenó el asesinato del general Qassem Soleimani, diseñador de la guerra de 'proxies', en el aeropuerto de Bagdad en 2020. Irán respondió atacando bases con presencia estadounidense en Irak, una respuesta medida que no elevó la tensión más de la cuenta.

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Pese a que todos los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) decían que Irán respetaba los términos del acuerdo, Estados Unidos hizo caso a su aliado y decidió reimponer sanciones al régimen de los ayatolás. Seis años después Irán enriquece uranio por encima del 60%, según el último informe de la AIEA, lo que le acerca más que nunca a la bomba atómica, algo que los iraníes niegan de forma reiterada. La opción de un Irán nuclear eleva aún más los riesgos de cualquier operación militar a gran escala, que contaría además con frentes abiertos en Líbano, Siria, Irak y Yemen donde operan grupos que son el gran legado de Suleimani, grupos que forman el llamado 'Eje de la Resistencia'.

En opinión del analista Firas Maksad, del centro de estudios estratégicos Middle East Institute, «ya sea en Líbano, Irak o Yemen, los temores de Estados Unidos de que la guerra de Gaza desencadene un conflicto en todo el Oriente Próximo están aumentando a medida que se desmorona la distensión con Irán, un país que triplicó su enriquecimiento de uranio más allá del 60% en diciembre, según la AIEA».

Hasán Nasrala habló el viernes por segunda vez en la semana en la que Israel asesinó a Al Arouri, que estaba en Beirut bajo la protección de Hizbolá. El secretario general del Partido de Dios clamó venganza y menos de 24 horas después sus hombres lanzaron decenas de cohetes contra una base de Israel en la frontera. Lo calificaron como el primer paso de su respuesta al asesinato de Arouri.

Esta milicia libró en 2006 una guerra de 33 días contra Israel y desde el 7 de octubre ha realizado más de 600 ataques, pero siempre centrados en la zona fronteriza. Nasrala insiste en que el suyo es un frente secundario y que combaten para mantener distraído al Ejército y obligarle a no centrar toda su atención en Gaza. Hasta el momento han perdido 140 hombres y la sensación que transmite el grupo es que no quieren una guerra a gran escala, pero en caso de recibir la orden de Irán, se meterán con todo su arsenal.

Veinticuatro horas después del asesinato de Al Arouri en Beirut, Estados Unidos asesinó al comandante Abu Taqwa, de la brigada Harakat Al Nujaba en Bagdad. Esta fue la primera operación de este tipo de Washington desde que Trump diera luz verde hace cuatro años a la muerte de Soleimani.

La guerra en Gaza ha intensificado los ataques de las milicias contras bases de Estados Unidos y en Irak, como ocurre en el resto de la región, estas milicias se han declarado parte del 'Eje de Resistencia' antiestadounidense y antiisraelí de Irán. Uno de los grandes objetivos políticos de estos grupos es que el Parlamento iraquí ponga una fecha de salida a las tropas de Estados Unidos que permanecen en el país.

El papel de Irán, junto al de Rusia, es una de las claves que explica que Bashar Al Assad siga ocupando la presidencia de Siria después de doce años de guerra. Los iraníes no dudaron en reforzar a su aliado con hombres de la Guardia Revolucionaria y con Hizbolá, lo que les ha dotado de amplia experiencia de combate tanto contra los grupos armados de la oposición como contra el Estado Islámico. Ese apoyo le ha servido a Teherán para reforzar la amenaza a Israel desde la frontera y en caso de guerra

A finales de año, Israel asesinó en Damasco al general iraní Razi Mousavi, responsable de logística en este punto tan sensible. Desde hace años, los ataques de Israel en Siria son semanales y en las últimas semanas estas operaciones han dejado fuera de servicio los dos aeropuertos principales en Damasco y Alepo.

Los hutíes de Yemen se han sumado a la respuesta del 'Eje de la Resistencia' y, además de lanzar misiles contra Israel, también atacan barcos en el Mar Rojo, lo que amenaza la seguridad del mercado mundial. En estas semanas han tenido incluso un choque directo con un buque de guerra estadounidense.

Los rebeldes chiíes controlan la capital de Yemen, Sanaa, y el norte del país y desde 2015 se enfrentan a la coalición internacional liderada por Arabia Saudí. Los hutíes son en realidad zaidíes, una confesión derivada del chiismo que literalmente se traduce como 'partidarios de Dios', aunque se les conoce como hutíes por el clan que lidera al grupo desde 2004. Su modelo a seguir es Hizbolá y desde el 7 de octubre han organizado enormes manifestaciones de apoyo a Gaza.