¿Está Irán más cerca de la bomba atómica?
Las cinco preguntas sobre el programa nuclear iraní, y sus respuestas
MIKEL AYESTARÁN
Cada vez que Irán anuncia un progreso científico en su carrera nuclear la comunidad internacional se formula la misma pregunta. «Si hubiéramos querido la bomba, ya la tendríamos», responde una y otra vez el presidente Mahmoud Ahmadineyad. «Rechazamos el armamento nuclear con todas nuestras ... fuerzas», asegura el Líder Supremo, Alí Jamenei. Palabras que nadie parece creer en el seno de una comunidad internacional que exige a la república islámica que detenga el enriquecimiento de uranio hasta que se disipen todas las dudas sobre el carácter civil del programa, algo a lo que Teherán se niega por considerarlo «un derecho innegociable».
¿Por qué debe Irán detener el programa?
El mismo proceso que se usa para enriquecer uranio para fines civiles puede derivar en un grado mayor de enriquecimiento para la producción de armamento. En un informe de la AIEA de 2009 se podía leer que el país cuenta con la “información suficiente” para dar este paso. La desconfianza por las dos partes–alimentada por la opacidad del programa durante largos años, el descubrimiento de plantas secretas como la de Qom, la falta de cooperación con los enviados del AIEA o los atentados contra científicos en Teherán- unida a los progresos de Irán en materia balística, con capacidad de poner satélites en órbita, y la presión del vecino Israel han llevado el conflicto a un callejón sin salida.
¿Cuándo podría Irán tener la bomba?
Los expertos coinciden en señalar que es necesario enriquecer uranio a un noventa por ciento para poder fabricar armamento atómico, un grado del que Irán estaría también muy próximo como declaró su presidente el pasado febrero en el XXI Aniversario de la Revolución: “tenemos capacidad real para enriquecer uranio al ochenta por ciento”. De momento lo único que ha podido certificar la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) es que tiene capacidad de enriquecer uranio al 3,5 por ciento y que desde comienzos de año es capaz de hacerlo al veinte por ciento, el grado necesario para poder alimentar el reactor de investigación de Teherán.
¿Qué dice Washington?
La llegada de Barack Obama rompió largos años de aislamiento y devolvió a la diplomacia americana a la mesa de diálogo. Los informes de la inteligencia americana son contradictorios, mientras que un documento del año 2007 aseguraba que la república islámica había aparcado los fines militares en 2003, recientemente el director de la CIA declaró que en 2012 podrían tener la bomba. El Jefe del Estado Mayor estadounidense, Mike Mullen, declaró en la cadena CNN a comienzos de 2009 que “con franqueza, creemos que la tienen”.
¿Y Moscú?
Rusia y China se erigieron en los principales socios de la carrera nuclear de Irán tras el triunfo de la revolución. Tomaron el relevo de Estados Unidos y Alemania con los que el país empezó una carrera en tiempos del Shá que comenzó la construcción de un reactor en la ciudad de Busher. Este reactor es independiente del programa de enriquecimiento y funcionará gracias al combustible que envíe Moscú, que sigue trabajando a fondo para poner el centro en funcionamiento. El respaldo ruso y chino a la última ronda de sanciones supuso un revés a las aspiraciones de Irán.
¿Cuál es la capacidad real de Irán?
La AIEA tiene constancia de la existencia de media docena de facilidades nucleares repartidas por todo el país. En noviembre de 2009 se elevó a 4.000 el número de centrifugadoras operativas, son las máquinas en las que se produce el combustible necesario para alimentar los reactores, y otras 4.700 en proceso de instalación. Las autoridades piensan que necesitan 50.000 centrifugadoras para poder producir combustible suficiente para su programa, la auténtica alternativa energética que se plantean para sustituir al petróleo.
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