Eslovenia deja en el aire el anuncio de la nueva Comisión Von der Leyen

La semana pasada el anuncio fue aplazado porque en el último minuto el Gobierno esloveno accedió a las presiones públicas de la propia Von der Leyen que exigía una Comisión con tantos hombres como mujeres. El Gobierno liberal-socialista de Liubliana sustituyó a su propuesta inicial, Tomaz Vesel, y en su lugar envió el nombre de Marta Kos, tal vez creyendo que al complacer a la presidenta tendría una cartera mejor. Sin embargo, el Parlamento esloveno se lo tomó de la peor manera, como un gesto despótico del primer ministro, el liberal Robert Golob, y el viernes aplazó el trámite legal para ratificar el nombramiento, lo que deja en el aire la perspectiva de que Von der Leyen pueda anunciar su equipo este martes.

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Enrique Serbeto | Corresponsal en Bruselas

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El presidente de la Comisión Parlamentaria de Asuntos Europeos del Parlamento esloveno, Franc Breznik, que, para complicar más las cosas, milita en un partido miembro de la familia Popular, la misma a la que pertenece Von der Leyen, quería que se definiesen claramente los motivos de la retirada de Vesel y espera la respuesta a una carta que le ha enviado a la propia presidenta de la Comisión.

Por si fuera poco, en el Parlamento Europeo ya se han difundido teorías según las cuales Kos podría de haber colaborado con los antiguos servicios secretos yugoslavos, algo que ella niega. Pese a ello, la eurodiputada del PPE Romana Tomc insiste en que esta candidatura es «completamente inaceptable».

La presidenta parece tomarse esto con serenidad y quiere seguir sus planes hasta donde pueda, sin pararse a pensar demasiado en un ambiente político cada vez más tenso. Decidir que anunciará la lista de nombres el mismo día en que interviene en el Parlamento Europeo un personaje tan polémico como Viktor Orbán puede ser una muestra de esa audacia política que la caracteriza.

Eso no evitará que de todos modos el proceso de formación del Colegio de Comisarios vaya a ser muy tormentoso. El Parlamento Europeo tiene que confirmar a todos ellos en sus respectivas carteras tal como los haya distribuido la alemana, aunque ella tiene que conformarse con los nombres que le envían desde los gobiernos nacionales.

Por ejemplo, es muy probable que el comportamiento y el discurso de Orbán en Estrasburgo este martes influya de forma determinante en el proceso de confirmación del comisario que ha enviado, Olivér Várhelyi, que ya forma parte del equipo saliente y precisamente por ello la izquierda le acusa de estar siendo una marioneta del primer ministro húngaro en la Comisión. El actual vicepresidente Maros Sefcovic pertenece al mismo partido que el primer ministro eslovaco Robert Fico, que viene del grupo socialista que es alguien que en esta última legislatura se ha acercado ostensiblemente a Orbán en temas tan delicados como la inmigración o la ayuda militar a Ucrania y está siendo visto como claramente euroescéptico.

Está también el tema del comisario italiano. La primera ministra Giorgia Meloni, ha propuesto a su ministro de Asuntos Europeos, Raffaele Fitto, pero también ha expresado abiertamente su exigencia de que se le otorgue una cartera a la altura de la importancia del país. Meloni lidera el grupo de extrema derecha Conservadores y Reformistas (ECR), el tercero en numero de eurodiputados, y en la investidura de Von der Leyen no pidió que apoyasen a la alemana, pero sabe que en votaciones futuras pueden ser un elemento esencial. Sin embargo, los socialistas han amenazado con rechazar a Fitto si se le concede un puesto relevante.

En las horas que quedan hasta el martes, Von der Leyen tiene que hacer una distribución equilibrada de las responsabilidades, sabiendo que, por ejemplo, habrá nuevas carteras como la dedicada a la industria de la Defensa, que puede marcar claramente un nuevo rumbo para el ejecutivo comunitario. Teniendo en cuenta que ya se ha designado a la estonia Kaja Kallas, que tiene un estilo completamente diferente al que ha seguido Josep Borrell, también ha de seguir resistiendo a las presiones de los gobiernos nacionales que como el español han decidido expresar abiertamente sus preferencias para su candidata designada, Teresa Ribera, lo que solo ha servio para empezar a suscitar reticencias en otras capitales.

De todos modos, tradicionalmente toda esta pugna política suele desaparecer en cuanto empiezan las audiencias, porque en la confirmación de todos los comisarios se necesitan los votos tanto de populares como de socialistas y ambos grupos saben que si tumban a un comisario, otro de los suyos será víctima de la siguiente votación.

Pero mientras tanto, el calendario transcurre a su propia velocidad y los cálculos empiezan a ser bastante apremiantes. Si el martes vuelve a aplazarse el anuncio de la lista de comisarios, lo más probable es que la nueva Comisión no esté lista antes del fin del mandato de la actual. Y el problema es que, mientras tanto, la vida política en Bruselas está literalmente paralizada.