Robert Fico, un prorruso «infiltrado» en la Unión Europea y la OTAN

Estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Comenius de Bratislava (su tesis doctoral versó sobre 'La pena de muerte en Checoslovaquia') y saltó a la política en 1986, con el Partido Comunista. Apenas cayó el Muro de Berlín, aprovechó para marcharse un año a Estados Unidos, una estancia para estudios con la que obtuvo carta de legitimidad democrática, antes de comenzar a escalar en el Partido de Izquierda Democrática. En 1999 ya había fundado su propio partido, SMER, a su imagen y semejanza y al que ha ido haciendo girar de posición a medida que le convenía electoralmente.

Así logró llegar al poder en 2006. Reformó el modelo liberal impuesto en el momento de la entrada de Eslovaquia en la UE, pero dejó intacto el tipos bajo de impuesto de sociedades, ganándose así a las grandes empresas, que apoyaron su permanencia en el poder hasta 2018. Ese año, la red de corrupción a su alrededor estalló, tras el cruel asesinato del periodista de investigación Jan Kuciak, de 27 años, ejecutado junto a su novia en su propia casa después de haber destapado varios casos de fraude en los que estaban implicados políticos.

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Rosalía Sánchez

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Fico representó a su país en la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo (1994-2000), y fue desde 1999 jefe de la delegación eslovaca en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Está casado con Svetlana Ficová y tiene un hijo.

Su regreso al poder supuso el impulso de cuestionables medidas contra los medios de comunicación críticos y contra el sistema judicial eslovaco. Fico ha vetado a la cadena de televisión privada, Denník N, al portal informativo Aktuality.sk y al diario generalista Denník SME. El gobierno «dejará de mantener cualquier tipo de comunicación con dichos medios hasta que empiecen a cumplir sus obligaciones», señalaba el comunicado oficial, que acusaba a estos medios de mantener «posiciones abiertamente hostiles» basadas en «informaciones falsas o incompletas y en el ocultamiento de información».

También anunció para la legislatura una controvertida reducción de penas para los delitos de corrupción. Su programa de gobierno inquieta en Bruselas. Prevé el aumento de múltiples impuestos, incluido uno específico sobre los beneficios de los bancos, para financiar significativos aumentos de las pensiones y otros gastos públicos, además de reducir «lentamente» el déficit presupuestario más alto de la zona euro. Incluye además medidas para reducir los tipos de interés de las hipotecas, a través del diseño de gravámenes especiales para las «ganancias excesivas», tanto para los bancos como para otros sectores no especificados.

La retirada de la ayuda militar a Ucrania fue una de sus medidas más polémicas. «Entendemos la ayuda a Ucrania únicamente como humanitaria y civil, no suministraremos más armas a Kiev», declaró en el debate de investidura. «La guerra en Ucrania no es nuestra guerra, no tenemos nada que ver con esta guerra». Según Fico, «el cese inmediato de las operaciones militares es la mejor solución para Ucrania» y «la UE debería pasar del papel de proveedor de armas al de artesano de la paz».

«Prefiero la expulsión a cambiar mi discurso», había dicho después de ganar las elecciones. Y el Partido de los Socialistas Europeos (PES) le tomó la palabra: a mediados de octubre pasado suspendió de militancia a SMER y a su escisión Hlas (La Voz), con la que cerró una coalición para gobernar Eslovaquia junto al Partido Nacional de Eslovaquia (SNS), de extrema derecha.