Declaran culpable a la enfermera británica acusada de matar a 7 recién nacidos «sin apenas dejar rastro»
En el juicio se ha revelado que la mujer mataba a los niños inyectándoles insulina o aire en las venas o sobrealimentándolos
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Corresponsal en Londres
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Iniciar sesiónLucy Letby, la enfermera británica de 33 años cuyo juicio por el asesinato de siete bebés empezó en octubre del año pasado, ha sido declarada culpable de los crímenes. Los cinco niños y dos niñas fueron asesinados en el hospital Countess de la ... localidad inglesa de Chester entre junio del 2015 y junio del 2016, pero no fue hasta noviembre del 2020 cuando las autoridades arrestaron a la enfermera infantil conocida en el Reino Unido como «la envenenadora».
Las autoridades del centro dieron la voz de alarma en el 2017, debido al elevado número de fallecimientos de bebés en ese período. Una investigación interna concluyó que los menores fallecieron debido a insuficiencias cardíacas y pulmonares de las que no se encontraron las causas, por lo que se dio aviso a la policía. La mayoría de los bebés eran prematuros y un par de ellos eran gemelos, y la mujer los envenenó deliberadamente con insulina, los sobrealimentó con leche y les inyectó aire por vía intravenosa o a través de una sonda nasogástrica mientras trabajaba en la unidad neonatal.
La sanitaria, que negó los cargos ante el Tribunal de la Corona de Manchester y defendió que había sido víctima de una conspiración, fue declarada culpable también del intento de asesinatode otros siete menores, en una serie de veredictos parciales emitidos con varios días de diferencia, en los que fue declarada no culpable de otros dos cargos de intento de asesinato. Según recoge la prensa local, la madre de Letby, Susan, rompió a llorar en los brazos de su marido cuando sacaron a su hija del banquillo después de la primera serie de veredictos del juicio, que acabó este viernes.
Durante las sesiones, la fiscalía aseguró ante el jurado que Letby «traicionó la confianza que la gente tenía en el NHS», siglas en inglés del servicio nacional de salud, así como la «fe que tenían las familias». «Detrás de esa sonrisa angelical había un lado mucho más oscuro de su personalidad», dijo uno de los fiscales. Letby era una «presencia malévola constante» en la unidad de neonatos del hospital, según Nick Johnson, representante de la acusación, que explicó que «antes de enero de 2015, la tasa de mortalidad era comparable a la de otras unidades neonatales, pero durante los siguientes 18 meses se produjo un aumento significativo en la cantidad de bebés que morían y en la cantidad de colapsos graves y catastróficos» que sufrían. Johnson puntualizó que pese a la rotundidad de las cifras, las muertes se atribuyeron primero a causas naturales porque «al personal médico sencillamente no se le ocurrió» que «hubiese alguien tratando de matar a los bebés en la unidad neonatal».
Imposible determinar el motivo
Los padres de algunas de las víctimas hablaron por primera vez públicamente, diciendo que fue «horroroso» ver a Letby negar repetidamente los hechos durante semanas de interrogatorios. «Tuve que escucharla mentir y mentir y mentir», dijo la madre de un menor que no murió pero que acabó con daños cerebrales, y agregó que «cualquiera que sea la sentencia que reciba, no será suficiente».
Tras los veredictos, la policía de Cheshire confirmó que está investigando si Letby atacó a otros niños antes de junio de 2015 y aseveró que, pese a los años de análisis de más de medio millón de registros médicos y digitales, así como de los interrogatorios, ha sido imposible determinar el motivo por el que la enfermera atacó a los bebés, algo que según un oficial «debe ser muy difícil de aceptar para las familias». «No sé si alguna vez podremos responder esa pregunta… sólo Lucy Letby puede responderla», manifestó.
La asesina será sentenciada la próxima semana, y se espera que sea condenada acárcel de por vida en HMP Low Newton, una prisión de máxima seguridad en la que han sido encerradas algunas de las peores asesinas de la historia del país, ubicada en el pueblo de Brasside, cerca de Durham.
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