Concluye la Cumbre Iberoamericana sin una referencia expresa a Ucrania

Los líderes iberoamericanos derivan a la próxima cita, en Ecuador en 2024, la reforma de la arquitectura financiera internacional ante la falta de consenso

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Andrés Allamand, secretario general Iberoamericano: «España es un activo en América Latina, y ojalá lo fuera con más fuerza aún»

El presidente de República Dominicana, Luis Abinader (der.), junto a su homólogo de Ecuador, Guillermo Lasso (izq.), y el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand (c), EFE

Víctor Ruiz de Almirón

Enviado especial a Santo Domingo

La Cumbre Iberoamericana cierra en Santo Domingo el primer encuentro presencial de jefes de Estado y de Gobierno de la región desde 2018. La pandemia obligó a un encuentro semipresencial hace dos años en Andorra. Y el tablero político iberoamericano ha dado un ... vuelco completo desde entonces. Los focos de inestabilidad que acumulan varios países, el shock económico de los últimos años y una tradición geopolítica distinta a la europea han motivado que no haya sido posible que la Declaración de Santo Domingo haga una referencia expresa a Ucrania.

La delegación española venía días transmitiendo dos ideas: primero, que su voluntad era llevar a la cumbre un mensaje de condena clara a las actuaciones de Rusia. Y segundo que, aunque de forma mayoritaria se cuestiona la invasión rusa, hay muchos países que tienen resistencias a involucrarse de la misma forma que los países europeos. Y esas dos cosas se cumplieron.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, arrancaba su intervención en el plenario refiriéndose al «contexto de extraordinaria incertidumbre» derivado por la invasión de Ucrania: «España condena en términos más enérgicos la guerra contra Ucrania». Otros líderes como Guillermo Lasso (Ecuador) o Gabriel Boric (Chile) también han hecho mención a la guerra en sus intervenciones. Desde el Gobierno español habían trasladado que se habían hecho propuestas para que la declaración final recogiese un mensaje evidente de condena a la agresión rusa.

Finalmente ese propósito queda muy descafeinado. Se incluyen varias referencias que están pensando claramente en esa guerra, pero se evita una mención expresa a la guerra. «Trabajaremos por la paz completa, justa y duradera en todo el mundo basada en los principios de la Carta de Naciones Unidas, incluyendo los principios de igualdad soberana e integridad territorial de los estados», señala la declaración.

En este sentido, los 22 países participantes manifiestan su compromiso «con los principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional, el apoyo al multilateralismo, a la solidaridad, el diálogo y la cooperación internacional». A la vez, también subrayan el compromiso «con la democracia, el estado de Derecho, estricto respeto a la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional incluyendo los principios de soberanía, de no intervención en asuntos internos de los Estados y de igualdad jurídica de los mismos».

En su rueda de prensa posterior a la cumbre. Sánchez ha insistido en la importancia de la «solidaridad» con Ucrania ante «la violación de la carta de Naciones Unidas por parte de Putin». El mandatario español completaba así el puzle añadiendo las palabras Putin y Ucrania donde el comunicado conjunto no podía llegar. El presidente reiteraba su intención de «hablar de la guerra» la próxima semana en su visita a Pekín. Sánchez quiere abordar la propuesta de paz hecha por el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski. Y también conocer de primera mano la propuesta china. El presidente defiende que debe perseguirse «una paz justa y duradera» que garantice que «se respete la integridad territorial de Ucrania».

La de República Dominicana ha sido una cumbre marcada por las ausencias de los líderes de Brasil y México. También del venezolano Nicolás Maduro, pese a que se especuló hasta última hora con una aparición sorpresa en la parte final de la cumbre. También faltaron los presidentes de El Salvador y Nicaragua. Este último, representado por su ministro de Asuntos Exteriores, tuvo un rifirrafe con el presidente chileno Gabriel Boric, que fue el primero en cargar contra la «dictadura» de Ortega. Chile también discutió con Bolivia por la reivindicación de una salida al mar que mantiene que Gobierno de Luis Arce.

El presidente Pedro Sánchez comparece en rueda de prensa tras la sesión plenaria de la XXVIII Cumbre Iberoamericana EP

Crisis en Haití

Así, los líderes se movieron más en el entorno regional. La grave situación en Haití sí se recoge en el comunicado final. «Reiteramos nuestra profunda preocupación por el progresivo deterioro de la situación de seguridad pública y humanitaria en la República de Haití. Nos solidarizamos con el pueblo haitiano frente a esta estremecedora realidad. Destacamos los esfuerzos subregionales, regionales e internacionales de acompañamiento al proceso de diálogo entre el Gobierno, los distintos partidos políticos, instituciones y otros actores de la sociedad haitiana, con el objetivo de trazar una hoja de ruta que les permita salir de la compleja crisis que les aqueja. Reconocemos los ingentes esfuerzos desplegados por el Gobierno de República Dominicana y otros países iberoamericanos para contribuir a una solución a la difícil situación humanitaria por la cual atraviesa la hermana República de Haití. Hacemos un llamado para que la comunidad y los organismos internacionales aúnen esfuerzos que permitan encontrar una salida a esta compleja crisis, basados en los principios de solidaridad y cooperación internacional, con la anuencia y participación de Haití».

Reforzar los cuerdos comerciales

España por su parte, tanto en palabras del Rey como del presidente del Gobierno, pusieron el énfasis en la necesidad de reforzar los acuerdos comerciales entre la UE e Iberoamérica. Nuestro país quiere potenciar las relaciones en una doble dirección. Primero con inversiones en los países iberoamericanos que contribuya. Al desarrollo económico de la región. Con proyectos principalmente vinculados a la transición ecológica y digital. Y, por otro lado, se estima imprescindible tras la quiebra con Rusia «diversificar» las cadenas de suministro. Y los países americanos pueden jugar ahí un papel clave.

También habría querido España la adopción de acuerdos concretos sobre una reforma de la arquitectura financiera internacional. Algo que ya se planteaba como necesario en la pasada cumbre de Andorra. Pero no ha habido acuerdo. En buena medida por la posición de Cuba. El propio Sánchez confirmaba en rueda de prensa que la solución ha sido un añadido al comunicado especial que aboga por ese acuerdo, pero sin detalles. En la próxima cita, que se celebrará en Ecuador en 2024, él asunto volverá a estar encima de la mesa. Ese comunicado especial sobre este punto concreto aboga por una reforma estructural de las condiciones de financiamiento internacional para ampliar el acceso de los países de renta media y baja a recursos financieros para el desarrollo sostenible.

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