Andrés Allamand, secretario general Iberoamericano: «España es un activo en América Latina, y ojalá lo fuera con más fuerza aún»
La Cumbre Iberoaméricana reúne, este fin de semana, a representantes de veintidós países
La diplomacia injerencista de Argentina
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa XXVIII Cumbre Iberoamericana se celebra los días 24 y 25 en República Dominicana con el reto de encontrar consenso en medio de las fricciones ideológicas que pueden surgir por sentarse a la misma mesa países autoritarios e incluso dictaduras. El secretario general iberoamericano, el ... chileno Andrés Allamand, considera que el diálogo entre todos es un bien mayor y un ejemplo en la apuesta por que la integración regional pueda desacoplarse de las olas políticas. Y advierte que la polarización política en España no debiera distraer a los españoles de su implicación en la Comunidad Iberoamericana, cuya secretaría general tiene sede en Madrid.
—Entre los 22 países de la Comunidad Iberoamericana hay algunos no democráticos. ¿No entorpece el diálogo su presencia, aunque algunos de sus presidentes, como Ortega o Maduro personalmente no acudan?
—La organización de la Comunidad Iberoamericana ha sido suficientemente flexible para poder articularse, trabajar y buscar fórmulas de consenso, asumiendo que existen diferencias y situaciones que en algunos momentos pueden ser complejas. La cumbre ya tiene 30 años ininterrumpidos y ha sido capaz de sobrellevar estas situaciones.
—Tampoco estarán otros presidentes como López Obrador o Lula da Silva...
—Cada país tiene sus circunstancias y todo encuentro internacional convive con eso. Andorra tiene elecciones; si Perú enviara a la presidenta, en estos momentos no tiene vicepresidente para hacerse cargo del país; el presidente de México no suele ir a encuentros de este tipo... Lula ha hecho un gran esfuerzo por poder estar, pero tiene un viaje a China; participará con un mensaje, pues con su vuelta al poder Brasil quiere jugar un rol internacional destacado.
«Hay que desacoplar las olas políticas de los procesos de integración regional, aunque muchas veces la ideología afecta al proceso»
—¿Cabe que algunos países presenten resoluciones sobre aspectos controvertidos?
—La cumbre tiene un temario, que se fija un año antes. En esta abordaremos cuatro cuestiones: una carta de derechos digitales, una carta de derechos ambientales, una estrategia de seguridad alimentaria y una propuesta de nueva arquitectura financiera internacional. Es una agenda definida, que al mismo tiempo está abierta, pues los países, a través de sus jefas y jefes de Estado, pueden traer los temas que consideren de interés. Si alguien quisiera promover una resolución específica sobre la situación de un país o sobre un tema regional, puede hacerlo, pero esa resolución debe aprobarse por unanimidad.
La diplomacia injerencista de Argentina
Emili J. BlascoEcuador y Chile protestan por la toma de partido de Buenos Aires en asuntos internos de sus vecinos
—¿Podría haber una condena de la guerra de Ucrania, asunto espinoso para algunos países próximos a Putin?
—Es probable que surja el tema, dado que el Alto Comisionado de la UE de Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, es un invitado especial en la cumbre. Habrá entonces una deliberación y si se quisiera formular alguna resolución tendría que aprobarse por los 22 miembros.
—¿Es optimista sobre una integración regional que apenas avanza?
—Estamos en un buen momento a la vista de los deseos expresados por algunos nuevos presidentes, pero por ahora no se visualiza el grado de concreción necesario. Es fundamental asumir que los fenómenos de integración tienen que desacoplarse de las olas políticas, que en realidad son consustanciales a la alternancia democrática. La regionalización tiene que ser capaz de caminar cualquiera que sea el color político de los gobiernos; sin embargo, muchas veces factores de ideología afectan el proceso. También es importante que la integración tiene que avanzar por distintas avenidas. Si la región hiciera un esfuerzo sostenido para integrarse a través de la infraestructura, sería un paso gigantesco; hoy los problemas de conectividad interna son muy altos.
«Derechos digitales y ambientales, seguridad alimentaria y nueva arquitectura financiera»
—Los países americanos atraviesan un retroceso socioeconómico, dañados ahora por la inflación. Uno de los aspectos es la seguridad alimentaria.
—América Latina tiene la paradoja de ser un gran productor de alimentos y, simultáneamente, contar con un porcentaje significativo de personas que pasan hambre. Para resolver esto, los países están mirando a cosas muy prácticas. América Latina es una de las regiones donde más alimentos se pierden y desperdician, simplemente por defectos enormes en las cadenas de comercialización y distribución de alimentos. Hay un énfasis en generar una mayor producción de alimentos, pero no sobre la base de la extensión de las tierras cultivables, que en muchos casos implica deforestación, sino a través de la incorporación de la agricultura de precisión, con tecnologías de alto nivel.
—Otro de los puntos de la agenda de la cumbre es una propuesta de arquitectura financiera internacional.
—Hay un consenso en que hoy la arquitectura financiera internacional no es particularmente positiva para la necesidad de financiamiento que tienen la mayor parte de nuestras economías. Los países están pensando en mecanismos para que los bancos multilaterales de desarrollo puedan ser más eficaces en este aspecto y en el recurso a las emisiones de derechos especiales de giro. Se trata de generar flujos de financiamiento que permitan hacer viable la recuperación económica que se necesita.
—La polarización política interna ¿puede llevar a España a ensimismarse y mirar poco a Iberoamérica?
—Es verdad que en los últimos tiempos Europa en general no ha puesto en el radar a América Latina. Pero objetivamente hablando España es un actor principal de Iberoamérica: es el mayor inversor europeo y tiene un conjunto de vinculaciones de distinta naturaleza con la región, no solamente comerciales y empresariales. España es un activo y ojalá lo fuera con más fuerza aún.
—Esta cumbre desea relanzar las relaciones entre Europa y América Latina. ¿Cómo lograrlo?
—Hay que pensar al menos en cuatro cosas: mejorar articulación política –fíjese que la próxima cumbre CELAC-UE prevista para julio se realiza después de un período de ocho años de interrupción–; avanzar en los acuerdos comerciales o de asociación –no tiene sentido que las negociaciones se eternicen y duren décadas para quedar en una especie de limbo–; aumentar el flujo de inversiones, y modernizar los mecanismos de cooperación.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete