Todas las claves para entender las 'Midterms', las decisivas elecciones de mitad de mandato de EE.UU.

Los estados también se juegan mucho en la elección, que sentará las bases de las presidenciales de 2024, con un posible retorno de Donald Trump 2024, y en medio de tensión creciente sobre la aceptación pacífica de los resultados.

EE.UU. vota cada dos años la composición de las dos cámaras del Congreso. En la Cámara de Representantes, se renueva la totalidad de sus 435 escaños. El Senado, por su parte, renueva un tercio de sus cien senadores (35 escaños en esta ocasión). Las elecciones que ocurren a mitad de mandato del presidente, como es este caso, se denominan 'midterms'. Además del Congreso, se votan miles de cargos estatales de todo tipo: desde consejos escolares hasta fiscales generales o los poderosos gobernadores (en 36 estados).

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Cada partido trata de imponer su relato en los votantes. Los demócratas han buscado impulsar asuntos como el acceso al aborto tras la polémica sentencia del Tribunal Supremo del pasado junio, el control del acceso a las armas o el deterioro de la democracia por la negación de resultados de Donald Trump y de sus aliados.

Los republicanos se centran en la economía -con la inflación todavía disparada-, el aumento de la inseguridad, el récord en entrada de inmigrantes indocumentados en la frontera y en la batalla cultural contra la agenda 'woke' de muchos demócratas.

Las encuestas muestran que las principales preocupaciones de los votantes son la economía y el crimen.

Nada bueno para los demócratas. Desde hace meses, se cuenta con que pierdan su mayoría en la Cámara de Representantes. A los republicanos les basta con dar la vuelta a un puñado de distritos para tener la mayoría y nadie duda de que lo conseguirán.

Pero podría ser mucho peor. Con el avance de la campaña, cada vez está más claro que a los demócratas les costará mucho mantener la mayoría por la mínima (empate a 50 senadores que deshace la presidenta de la Cámara Alta, Kamala Harris). La web especializada 'FiveThirtyEight' da a los republicanos un 55% de posibilidades de llevarse el Senado, algo con lo que pocos contaban este verano.

Buena parte de la atención están puesta en el Senado, con un puñado de elecciones que determinarán la victoria. El más importante es Pensilvania, el único estado donde los demócratas pueden recuperar un escaño. Eso cada vez parece más difícil, después de que la semana pasada el candidato demócrata, John Fetterman, mostrara las secuelas en el habla y compresión auditiva en un debate con su rival, el republicano Mehmet Oz. También hay carreras al Senado muy competidas en Georgia, Nevada o Arizona. En la Cámara de Representantes, los republicanos amenazan con un vuelco fenomenal, robando incluso distritos en bastiones demócratas como los suburbios de Nueva York, Vermont o el sur de Texas.

La mayoría de los resultados se conocen en la misma noche electoral. En las elecciones más ajustadas, sin embargo, es seguro que el recuento se alargará durante días, por la necesidad de contar casi hasta el último voto para designar al ganador.

Es la misma situación que se vivió en las presidenciales de 2020 y que Trump utilizó para clamar que le habían robado. Es probable que el expresidente y sus aliados hagan lo mismo este año en los resultados que no les sean favorables.

Solo con que los republicanos controlen la Cámara de Representantes, buena parte de la agenda legislativa de Biden se verá frenada en seco, incluidas sus decisiones de envío de armamento a Ucrania. Además, los líderes conservadores ya han advertido que utilizarán esa mayoría para impulsar comisiones investigativas contra los demócratas (contra el propio presidente o su fiscal general, entre otras).

Si estos pierden además el Senado, Biden perderá mucha capacidad de maniobra para nombramientos -incluidos los del Tribunal Supremo-.

La probable respuesta de Biden será utilizar su poder de veto para bloquear las leyes impulsadas por republicanos. Es decir, EE.UU. vivirá bloqueado hasta la siguiente elección.

Los resultados en el Congreso se llevan los titulares, pero las elecciones a nivel estatal son muy decisivas. Buena parte de la legislación que afecta a los ciudadanos -desde este verano, por ejemplo, la regulación del aborto- se hace a nivel estatal. En sus asambleas legislativas y con la concurrencia del gobernador, que tiene poderes ejecutivos y derecho a veto.

Los gobernadores tendrán una importancia especial en los próximos años. En un momento en el que Trump y sus aliados cuestionan los procesos electorales por los resultados de 2020, los gobernadores tendrán la capacidad de supervisar las elecciones presidenciales de 2024. Esto será decisivo en estados clave como Pensilvania o Arizona, con candidatos republicanos muy leales a Trump.

Estas elecciones serán también un referéndum a la gestión de Biden, que está hundido en las encuestas. Un resultado más negativo de lo esperado deteriorará sus posibilidades de reelección y animará a otros demócratas a presentar una candidatura en primarias.

También se medirá la popularidad de Trump. El expresidente tiene cientos de aliados en las papeletas y su desempeño este martes influirá en las presidenciales de 2024. Varios medios estadounidenses han pronosticado que Trump presentará su candidatura a la reelección entre las elecciones y la festividad de Acción de Gracias, el próximo 24 de noviembre.