¿Qué está pasando en Nagorno Karabaj? Claves de la disputa en Armenia y Azerbaiyán

Los ataques que se produjeron esta semana, y que causaron la muerte de al menos 135 soldados armenios y 71 azerbaiyanos según las últimas estimaciones, han reabierto una herida nunca cerrada del todo y que amenaza con volver a abrirse en un momento de alta tensión internacional.

Como recordaba en ABC el corresponsal en Moscú, Rafael M. Mañueco, Putin intervino para frenar las anteriores hostilidades en la región, que se desarrollaron a lo largo del otoño de 2020, cuando Azerbaiyán lanzó una ofensiva para intentar hacerse con Nagorno Karabaj. Ese intento se resolvió con un envío de tropas de paz rusas y la firma de un acuerdo de paz inestable, a juzgar por los últimos acontecimientos.

Aquí, algunas claves para comprender el conflicto.

¿Cómo empezó la crisis?

Nagorno Karabaj, habitada solo por armenios –cristianos ortodoxos– pero adjudicada en 1921 arbitrariamente por Stalin a Azerbaiyán –de mayoría musulmana chií– , es una fuente permanente de disputas entre las dos ex repúblicas soviéticas desde que en 1991 decidiera secesionarse de Bakú (capital de Azarbaiyán) con el apoyo de Ereván (capital de Armenia). Las posteriores guerras entre los dos países dejaron decenas de miles de muertos. Tras el último conflicto a gran escala, en 2020, Moscú medió para alcanzar una tregua y dejó una fuerza militar de contención dentro de Azerbaiyán, que también es fuente de conflictos entre Moscú y el Gobierno azerí del dictador Ilham Aliev.

¿Quién ha encendido los choques de esta semana?

Han sido los más graves desde la guerra de 2020. Aunque cada capital ofrece su propia versión del comienzo de los choques, todo indica que Azerbaiyán habría tomado la iniciativa esta semana para aprovecharse de la debilidad del régimen ruso, debido a sus reveses en la guerra de Ucrania, y ganar territorio perdido en las anteriores guerras. Moscú vende armas a los dos países enemigos, pero es sobre todo el gran valedor –y el único– del pequeño Estado armenio. Azerbaiyán, rico en petróleo e hidrocarburos, cuenta en cambio con el respaldo del régimen turco de Tayip Erdogan, que ve en la dictadura hereditaria de Bakú un peón muy interesante en sus planes megalómanos para la región. Además, la población de Azerbaiyán habla turco, y es casi exclusivamente musulmana, pese a que el carácter islámico de su sociedad está muy atemperado por décadas de dominio soviético y el carácter laico de su actual dictadura.

¿Por qué se detestan azeríes y armenios?

El odio que se profesan armenios y azeríes tiene sus raíces en la historia desde la llegada del islam al Cáucaso, por lo que algunos analistas consideran que el conflicto de Nagorno Karabaj presenta reminiscencias de las luchas medievales entre la Cruz y la Media Luna en la frontera oriental de Europa. En la memoria de los cristianos armenios está también el Holocausto llevado a cabo por los turcos durante la Primera Guerra Mundial, que dejó entre 600.000 y dos millones de víctimas en una campaña que ya nadie duda en calificar de genocidio.

¿Puede calificarse de 'guerra santa'?

El conflicto por el enclave de Nagorno Karabaj tiene sobre todo características políticas y nacionalistas por ambos lados. No obstante, los dos regímenes, sobre todo el azerbaiyano, tratan de infundirle también una connotación religiosa para obtener más apoyo popular. En los choques más graves, los de los años 90, Bakú no dudó en calificar la guerra contra Armenia de yihad, guerra santa, y pudo atraer a muyahidines afganos y chechenos para luchar a su lado.

¿Qué perspectivas tiene el conflicto?

Dado que Armenia solo cuenta con el apoyo de Rusia, y es mucho más débil en términos militares que Azerbaiyán -que tiene el respaldo de Turquía y en general del mundo musulmán-, no es previsible una escalada militar, y sí en cambio otro acuerdo de tregua que suponga más concesiones territoriales por parte de Ereván. El apoyo de la Unión Europea a Armenia, que sería lo más lógico, se encuentra muy tamizado por consideraciones económicas. Por su riqueza en hidrocarburos, la UE contempla a Azerbaiyán como una alternativa para reducir la dependencia energética de Rusia.