China protesta contra el «ataque» al globo derribado mientras sobrevolaba Estados Unidos

«El uso de la fuerza» supone una «respuesta exagerada que viola la práctica internacional», denuncia el régimen, que reitera la naturaleza civil de la aeronave

EE.UU. analizará los restos del globo chino para saber qué espió

Xi Jinping y Joe Biden, durante su encuentro en el G20. REUTERS

Jaime Santirso

Corresponsal en Pekín

La hostilidad creciente entre las dos primeras potencias globales ha pasado de las palabras a la acción, aunque de momento todo lo que ha explotado ha sido un globo. China ha protestado este domingo contra «el empleo de la fuerza» para «atacar aeronaves civiles ... no tripuladas», después de que Estados Unidos derribara el objeto que sobrevolaba el país desde el miércoles.

Las fuerzas armadas norteamericanas esperaron a que el globo abandonara tierra firme para disparar un misil, ante la posibilidad de que la caída descontrolada de su media tonelada de peso pusiera en peligro a la población. Drones submarinos y buzos militares tratan ahora de rescatar los restos en la costa del Atlántico, frente a los estados de Carolina del Norte y del Sur.

De inmediato comenzará una investigación para comprobar si se trata de una aeronave espía o, por contra, de un globo meteorológico empleado para fines científicos que irrumpió en el espacio aéreo de EE.UU. empujado por corrientes de aire y su escasa capacidad de maniobra, tal y como ha venido defendiendo a lo largo de esta semana el ministerio de Exteriores chino.

El comunicado emitido a primera hora de este domingo por el organismo vuelve a hacer hincapié en este argumento. «China ha informado repetidamente a su contraparte estadounidense, previa verificación, de que la aeronave es de uso civil y entró en los EE.UU. por fuerza mayor completamente accidental», señala el texto.

Las autoridades norteamericanas, sin embargo, han manifestado interpretaciones distintas. La función del globo consistía en «vigilar emplazamientos estratégicos en el territorio continental de EE.UU.», apuntaba este sábado el secretario de Defensa Lloyd Austin por medio de un comunicado, lo que calificó de «una inaceptable violación de nuestra soberanía por parte de la República Popular China».

Conversaciones canceladas

El secretario de Estado, Antony Blinken, que a causa de lo sucedido ha cancelado una visita oficial a Pekín que debería haber comenzado este domingo, también se ha expresado en líneas similares. «Estamos seguros de que es un globo de vigilancia chino», afirmó durante una aparición ante los medios de comunicación.

«En mi llamada de hoy [por ayer] con el director [de la Oficina de la Comisión de Relaciones Exteriores, y como tal jefe de la diplomacia china] Wang Yi comenté claramente que la presencia del globo en el espacio aéreo de EE.UU. es una violación evidente de nuestra soberanía y la legislación internacional, un acto irresponsable. La decisión de la República Popular China de realizar esta acción en vísperas de mi visita resulta perjudicial para las importantes conversaciones que estábamos dispuestos a mantener».

El encuentro personal de Xi Jinping y Joe Biden durante el G20 celebrado en Bali el pasado mes de noviembre venía a calmar las aguas en una relación bilateral arrastrada en los últimos cuatro años a una confrontación cada vez más explícita. China, en particular, busca una tregua que le permita centrar su atención en recuperar la economía, que en 2022 ha registrado su peor resultado en casi medio siglo a causa del hermetismo y posterior colapso de la política de covid-cero.

Lo sucedido, no obstante, ha vuelto a postergar las buenas intenciones. En particular a la luz de otros movimientos como el acuerdo de EE.UU. con Filipinas para ampliar el acceso de sus tropas a cuatro nuevas bases en el archipiélago anunciado esta semana, o la previsible visita en los próximos meses del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, a Taiwán; una reedición del viaje el pasado verano de su predecesora, Nancy Pelosi, al que China respondió con unas maniobras militares sin precedentes alrededor de la isla.

«Un portavoz del departamento de Defensa de EE.UU. también declaró que el globo no representaba una amenaza militar o personal. Bajo tales circunstancias, EE.UU. insiste en emplear la fuerza, reaccionando de una manera claramente exagerada y violando gravemente la práctica internacional. China protegerá con resolución los derechos e intereses legítimos de las empresas afectadas, al tiempo que se reserva el derecho de llevar a cabo una respuesta apropiada», concluye el comunicado de hoy. La hostilidad, como los globos, también puede hincharse hasta reventar.

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