Chile elige a los 50 consejeros que redactarán una propuesta de Constitución

Los comicios obligatorios para un poco más de 15 millones 100 mil electores se dan en momentos en que toda la atención ciudadana y del Gobierno está centrada en la lucha contra la delincuencia, por lo que la constituyente se percibe ajena a la vida cotidiana de los chilenos.

Aunque diversas encuestas han detectado altos niveles de apatía respecto del proceso y que se ha verificado en un menor rating de la franja electoral televisiva, lo cierto es que el sondeo de Panel Ciudadano arrojó que un 76% de los electores concurrirá a las urnas.

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María J. Errázuriz

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Aun así, los analistas se aventuran a señalar que, en el mejor de los escenarios, unos 10 millones de chilenos emitirán su voto, casi 3 millones menos de los que participaron del plebiscito de septiembre de 2022, donde con un 62% de los votosse rechazó la propuesta de la Convención Constitucional anterior.

La apatía no solo tiene que ver con necesidades más urgentes, sino también con la profunda desilusión que provocó el primer proceso constitucional, donde parte del rechazo se fundó en el polémico actuar de los 155 constituyentes elegidos en 2021. Un sondeo de Pulso Ciudadano arrojó que sólo un 29% está altamente interesado en el proceso.

En este desinterés influye el hecho de que la Comisión de Expertos con 24 miembros ha realizado un trabajo silencioso y sin grandes diferencias. Este grupo elabora desde el 6 de marzo en la elaboración de un anteproyecto sobre el cual trabajarán los futuros constituyentes y recién en estos días se han presentado discrepancias.

Aunque los expertos han consensuado muchas materias como que Chile será un estado democrático y social de derechos y que el Estado podrá cumplir un rol mixto empresarial y subsidiario, la definición de estos conceptos se ha entrampado. También lo han hecho materias relativas a la paridad, escaños reservados para pueblos indígenas y los sistemas de seguridad social.

Diversas encuestas dan una amplia mayoría a los candidatos de la oposición, los cuales se presentan en tres listas separadas. A los postulantes del Partido Republicano, PR, y del Partido de la Gente, PDG, (ambos fueron contrarios a este nuevo proceso constituyente) se suman los del pacto Chile Seguro conformado por los tradicionales RN, UDI y Evopoli.

Algunos sondeos y proyecciones electorales entregan a la oposición unos 30 consejeros, pero la gran incógnita es cuántos serán del PR y del PDG, que se estrenaron en las últimas parlamentarias de 2021. El experto electoral y exdiputado concertacionista Pepe Auth señala que Chile Seguro elegirá unos 19 consejeros a los que se sumarían cerca de 11 más de los republicanos. Si a estos se añaden los del Partido de la Gente, entre 3 a 5 consejeros, la oposición tendría los quórums necesarios para definir la nueva constitución.

A juicio del experto el pacto de RN, UDI y Evopoli alcanzaría un 28% de los sufragios, seguido por un 24% de la lista conformada por el Frente Amplio, el Partido Comunista y el Partido Socialista, lo que equivale a unos 15 consejeros. La DC, radicales y el PPD no superarían los seis miembros.

El temor de que la derecha se imponga en las elecciones del domingo ha sido públicamente reconocido por varios actores; el senador socialista Juan Luis Castro aseguró este martes que es «inevitable que haya una derrota», sólo se desconoce la magnitud.

Todo lo anterior ha derivado también en que grupos de extrema izquierda desconozcan desde ya la validez democrática de este nuevo proceso. En esta línea no sólo están buena parte de los exconvencionales indígenas e independientes, sino que grupos representantes de los movimientos terroristas del pasado FPMR y MIR, los cuales han llamado a votar nulo.

Este segundo proceso fue diseñado de forma muy diferente al primero para evitar un nuevo fracaso, según los partidos políticos que concurrieron al acuerdo de diciembre pasado. Además de no haber escaños reservados a priori, los nuevos consejeros deberán guiarse por el anteproyecto que reciban de los expertos y sujetarse a las Bases de Garantías Constitucionales que definió los marcos. También serán un tercio de los miembros que tuvo el primer órgano y tendrán sólo tres meses y no un año para elaborar la propuesta. Así, el texto será plebiscitado el 17 de diciembre próximo.

También, a diferencia de lo que ocurrió en 2022, el gobierno de Gabriel Boric ha observado total prescindencia, lo que se explica en evitar a toda costa que los resultados se asimilen a una suerte de evaluación de su gestión. Esto le ha significado ganarse las críticas de su sector, que acusan a la Administración de no realizar una campaña instando a votar.

Para los partidos esta elección también es vital. En la derecha, la gran pregunta es cuál será el peso del Partido Republicano en desmedro de Chile Vamos y la UDI, principalmente. Esto no sólo determinaría un nuevo escenario en la oposición cambiando de mano el liderazgo del sector, sino que podría delinear la carrera presidencial de 2025. Además, se suma el papel que jugará el PDG, colectividad encabezada por el economista Franco Parisi.

En el centro izquierda, la suerte de la DC, los radicales y el PPD resolverá si fue buena estrategia no pactar con Apruebo Dignidad por tratar de recuperar el centro político y dividir al Socialismo Democrático en dos listas. Y en el pacto Unidad para Chile, la votación que obtenga el Partido Socialista respecto de sus socios del FA y PC, definirá si los herederos de la Concertación conducirán el curso del gobiernode Boric.

Pero más allá del destino de las colectividades, en los últimos días se han levantado voces expresando su preocupación de que la derecha hegemonice el nuevo Consejo Constituyente, CC, pues se corre el riesgo de que esta segunda oportunidad también se frustre y termine en un nuevo rechazo.

El exconvencional comunista Marcos Barraza, además de hablar de «fraude histórico», afirmó que sería «un error histórico dejar que la derecha se adueñe de la CC».

El analista político Francisco Covarrubias reconoce a ABC que si la derecha se impone el domingo existe el riesgo de que se repita el proceso anterior, pero a la inversa. «Si bien ha habido un aprendizaje y experiencia que evite cometer los mismos errores (el anterior fue un texto refundacional extremo) todo dependerá de qué tipo de derecha estará presente en la CC; la populista del PDG, la tradicional de Chile Vamos o la ultraconservadora de los republicanos», dice.

Agrega que en caso de que la derecha sea amplia mayoría en la CC la gran interrogante que se abre es cuál será la posición que adoptará la izquierda en el plebiscito de salida si el texto termina muy moderado o similar a la carta vigente desde 1980. «En todo caso, la nueva CC tendrá mayor legitimidad que la anterior porque será elegida por un número muy superior de electores que los que votaron en 2021», aclara a ABC.