La CDU gira a la derecha con la publicación de sus diez puntos de Agenda para Alemania

«Hoy marcamos un camino inmediato para salir de la crisis rápido y bien», ha explicado Söder, en referencia a la inflación, la recesión y la deriva que están tomando en Bruselas asuntos sobre los que Alemania parece haber perdido el control y que avanzan contra sus intereses. La CDU y la CSU no solamente quieren presentarse como una clara alternativa al Gobierno de la 'coalición semáforo', en la que el socialdemócrata Olaf Scholz gobierna con verdes y liberales, sino también ganar terreno a la derecha populista de Alternativa para Alemania (AfD), a la que los sondeos sitúan como segundo partido más votado y con el que, tras esa hipotética celebración de elecciones, debería negociar la CDU/CSU para formar gobierno.

Por eso, el documento contiene afirmaciones sobre «solo los inmigrantes que necesitamos», el «no a la ideología verde» o quejas sobre el «estrechamiento moralmente exagerado del discurso público» en lo relativo al denominado lenguaje inclusivo de género. Los conservadores alemanes pretenden redefinir la derecha que Merkel dejó desdibujada y recuperar a tiempo a una masa de votantes que se ha sentido abandonada por el partido. Y para eso tiene que girar a la derecha.

En el plan de diez puntos, los partidos hermanos exigen, entre otras cosas, una «ofensiva de socorro» para la clase media, además de «una amplia desgravación fiscal y de gravámenes para las personas con ingresos bajos y normales». Insisten en legislar incentivos económicos para las horas extras, «como la exención fiscal de las horas extras o una pensión activa», y rechazan de plano tanto la controvertida ley energética que el Gobierno Scholz intenta legislar contra el reloj antes de las vacaciones parlamentarias de verano como el impuesto de sucesiones sobre la vivienda delos padres.

A cien días de las importantes elecciones estatales en Baviera y Hesse de octubre, Söder ha centrado su discurso en la crítica económica a la 'coalición semáforo': «Durante 16 años en Alemania con la CDU, la prosperidad ha aumentado; en menos de dos años de semáforos, la prosperidad se ha reducido drásticamente». La directiva actual reconoce abiertamente que con Merkel no habría sido posible tal declaración, con posiciones duras sobre seguridad interna e inmigración.

Merz ha enfatizado que en la lucha contra la inmigración ilegal se requiere la protección de las fronteras nacionales: «No lo hubieras encontrado hace seis años en un documento de decisión conjunta de la CDU y la CSU», ha deslizado, como guiño a los que cambiaron su voto a AfD, distanciándose así de la política de refugiados de la excanciller alemana y de su «curso verde». Acusa a los partidos del semáforo de aumentar la preocupación de la gente con «requisitos y cargas siempre nuevos, con prohibiciones y paternalismo», mientras que Söder subraya que los diez puntos son una «respuesta a la incertidumbre de la gente» con «soluciones propuestas claras para una 'Realpolitik' cercana a la gente».

Todas estas frases se han escuchado en Múnich, donde los líderes conservadores se han reunido para dejarse fotografiar haciendo una barbacoa y donde la precampaña electoral justifica cierto tono mitinero. Pero en la Casa Konrad Adenauer de Berlín, la sede central del partido, a nadie escapa que los diez puntos han sido redactados «con rapidez, sin un debate concienzudo en el seno de los partidos y sin consultar a nuestros equipos de expertos».

El vicepresidente de la CDU, Andreas Jung, se ha distanciado incluso tanto del documento como de la afirmación de Merz acerca de que el principal enemigo político en estos momentos son Los Verdes. «Por supuesto, nuestro principal oponente ideológico es la AfD», ha corregido públicamente al líder del partido. El exsecretario general de la CDU, Ruprecht Polenz, también ha criticado a Merz, llamando a evitar lecturas confusas. Señalar a los Verdes como el principal oponente inmediatamente después de las elecciones de distrito en Sonneberg, en Turingia, donde AfD se acaba de hacer con el primer administrador de distrito para su partido, significa en su opinión minimizar a AfD.

En lo que están todos de acuerdo es en que las elecciones regionales de octubre, que ganará la CDU y que tendrán lugar a mitad del primer mandato de Scholz, servirán para colocar la opción conservadora en una inmejorable pole position de cara a las generales, aunque de momento nadie quiere hablar de la cuestión latente sobre el candidato. Cualquiera de los tres líderes que ahora asan salchichas juntos ante las cámaras ansía la designación, así como otras figuras que aparecen con creciente asiduidad en medios de comunicación, como Daniel Günther, el presidente regional de Schleswig-Holstein.