Carlos III, ante el cortejo de referéndums en la Commonwealth
El nuevo monarca verá como algunos países se apean de sus 'dominios' históricos, así mientras Australia y Nueva Zelanda caminan hacia una república, como Jamaica; en Canadá hay miedo de alentar la independencia de Quebec
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Iniciar sesiónLa sustitución en el Trono de Isabel II, cabeza de la Commonwealth durante más de 70 años, por un sucesor no especialmente popular va a acelerar la conversión en repúblicas de un notable grupo de países que hoy tienen al monarca inglés como su ... jefe de Estado. En algunos lugares el debate viene de atrás y aunque Gobiernos como los de Australia y Nueva Zelanda han decidido estos días poner el freno temporalmente para no parecer que aprovechan el fallecimiento de Isabel II, es indudable que el fin de una era tan larga ofrece la oportunidad de abrir en serio un debate que en los llamados 'dominios' muchos consideran necesario.
Carlos III se ha convertido en Rey de 15 países: Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y Jamaica, así como otras islas del Caribe y de Oceanía. Isabel II llegó a reinar en 32 países, 17 de los cuales luego se transformaron en repúblicas. Tanto el primer grupo como otros países que fueron territorio del Imperio Británico constituyen la Commonwealth of Nations, de la que forman parte 56 Estados.
Situación actual de la Commonwealth
El Rey Carlos III no solo es el monarca del Reino Unido, sino también de otros catorce países, incluido Canadá y otros en Asia-Pacífico y el Caribe. Estos se conocen como los reinos de la Commonwealth. Son distintos de las naciones de la Commonwealth,
una agrupación flexible de cincuenta y cuatro países que alguna vez fueron parte del Imperio Británico y comparten lazos histórios con el Reino Unido
Países donde hay corrientes políticas afines a un cambio
Países que han trasladado su deseo de cambiar de régimen político
Reinos de
la Commonwealth
Naciones de
la Commonwealth
Territorios de ultramar y dependencias
de la Corona Británica
Rey Carlos III
(1948)
Reinado 2022 -
Reino Unido
Canadá
San Cristóbal
y Nieves
Bahamas
Antigua
y Barbuda
Belice
Papúa
Nueva Guinea
Santa Lucía
Jamaica
Tuvalu
San Vicente y
Las Granadinas
Granada
Islas
Salomón
Australia
Nueva
Zelanda
Fuente: Commonwealth y elaboración propia / P. S. / ABC
Situación actual de la Commonwealth
El Rey Carlos III no solo es el monarca del Reino Unido, sino también de otros catorce países, incluido Canadá y otros en Asia-Pacífico y el Caribe. Estos se conocen como los reinos de la Commonwealth. Son distintos de las naciones de la Commonwealth, una agrupación flexible de cincuenta y cuatro países que alguna vez fueron parte del Imperio Británico y comparten lazos histórios con el Reino Unido
Rey Carlos III
(1948)
Reinado 2022 -
A
B
Países donde hay corrientes políticas
afines a un cambio
Países que han trasladado su deseo
de cambiar de régimen político
Reinos de la Commonwealth
Naciones de la Commonwealth
Territorios de ultramar y dependencias
de la Corona Británica
A
Reino Unido
Canadá
San Cristóbal
y Nieves
Bahamas
Antigua
y Barbuda
Belice
Santa Lucía
Jamaica
San Vicente y
Las Granadinas
Granada
B
Papúa
Nueva Guinea
Tuvalu
Islas
Salomón
Australia
Nueva
Zelanda
Fuente: Commonwealth y elaboración propia / P. S. / ABC
Si bien esa organización puede perdurar –y es prioridad diplomática de Londres que así ocurra, dado que el Brexit obliga a los británicos a aprovechar al máximo sus otras conexiones con el mundo–, la preeminencia de la vieja metrópoli irá perdiendo fuerza, pues cada vez Carlos III, que es cabeza de la Commonwealth, podrá hablar directamente en nombre de menos países. Con el tiempo podría derivar hacia una tenue ascendencia como la que tiene España en el seno de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
Las joyas de la Corona
Los primeros ministros de Australia y de Nueva Zelanda ya habían planteado en sus respectivos países el deseo de revisar la relación con la monarquía británica. El australiano Anthony Albanese comentó en junio, antes de que la deteriorada salud de Isabel II estuviera abiertamente en la agenda política –aunque su edad nonagenaria y su creciente reclusión ya preanunciaban una sucesión en el Trono no muy lejana– el deseo de su Gobierno de plantear un referéndum para la conversión de Australia en república. Al conocerse el fallecimiento de la Soberana, Albanese prefirió aplazar el proceso y abordarlo no en el presente mandato, que termina en 2025, sino en el siguiente.
Algo parecido ha sucedido en Nueva Zelanda, donde la primera ministra, Jacinda Ardern, defensora de la república, ha decidido que el proceso hacia un referéndum no se lleve en el actual mandato, que debe concluir a comienzos de 2024. Ardern lo concibe, en todo caso, como un desarrollo sin prisas que tomará tiempo. «Este es un debate amplio y significativo. No creo que sea o deba ocurrir rápidamente», indicó, pues el país tiene desafíos más urgentes que abordar. Consideró, no obstante, que ella vivirá para verlo.
En el caso de Canadá las cosas parecen más complejas, en parte por el efecto que el proceso puede tener en la demanda de independencia de Quebec. Las encuestas de meses anteriores al fallecimiento de Isabel II situaban la perspectiva de una república en el terreno de lo posible pero no próximo. El pasado mes de diciembre, una encuesta del Angus Reid Institute indicaba que el 52% de la población era contraria a mantener la Monarquía de modo indefinido y al 66% le desagradaba la idea de tener como Rey al Príncipe Carlos. En Quebec el rechazo era mayor: en agosto el 61% manifestaba su preferencia por la república.
Una reforma de estas características no es un mero cambio de tipo jefatura de Estado. Como ocurre en el caso canadiense, las instituciones relacionadas con la Corona son diversas y están imbricadas en el sistema político y social, de forma que se requieren retoques sustanciales en la Constitución. Para ser aprobados hace falta que tengan luz verde en cada una de las provincias que componen el país y eso, en tramitaciones controvertidas, es a menudo incierto. Por lo demás, cualquier error de cálculo de Ottawa puede impulsar la separación de Quebec, bien porque abrir el debate constitucional siempre es un riesgo para la unidad nacional, bien porque de aprobarse el deseo de república en el territorio francófono y no en otras partes del país podría llevar a Quebec a una situación de profunda desafección.
Movimientos en el Caribe
Países más pequeños pueden más fácilmente acelerar su distanciamiento de la Corona británica. Ya en marzo, el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, adelantó al Príncipe Guillermo y su esposa, durante una visita a la isla, que iba a impulsar un comité para la reforma de la Constitución, con el fin de que el país se transformara en república alrededor de las próximas elecciones, previstas para 2025.
Jamaica se había dirigido a Isabel II pidiendo una reparación por el pasado esclavista de Inglaterra, que utilizó gran número de esclavos en los trabajos forzados de las plantaciones de caña de azúcar, tabaco y otros productos de mano de obra intensiva de Jamaica y otras islas caribeñas.
Jamaica había ya puesto en marcha esa transformación después de que otro país del Caribe, Barbados, sustituyera a la Reina por una presidenta en noviembre de 2021, en un acto formal en el que precisamente estuve presente el Príncipe de Gales como cabeza de la Commonwealth. Esa presencia fue interpretada como un mensaje del Palacio de Buckingham señalando que un cambio de este tipo no era percibido con animadversión desde Londres, facilitando así que ese país continuara dentro de la Commonwealth. En cualquier caso, Barbados reabrió una dinámica que se había estancado en la década de 1970, con la transformación en república de Guyana, Trinidad y Tobago y Dominica.
Otro país caribeño, Antigua y Barbuda, anunció rápidamente a raíz de la muerte de Isabel II que celebrará un referéndum sobre la forma de estado a lo largo de los próximos tres años. El primer ministro Gaston Browne lo presentó como «el paso final para completar el círculo de la independencia para ser verdaderamente una nación soberana».
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