Las cárceles hondureñas, controladas por el crimen organizado, un polvorín por la falta de higiene y el hacinamiento

Las autoridades elevaron ayer a 46 la cifra de víctimas mortales en la reyerta y el incendio ocurridos el martes en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), cerca de Tegucigalpa. Una decena de mujeres resultaron heridas. Según el portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, «la mayoría de las fallecidas están calcinadas». Al cierre de esta edición fiscales y médicos forenses continuaban trabajando en la cárcel para presentar un informe oficial sobre el número total de víctimas.

La presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad, Delma Ordóñez, dijo a los periodistas que la pelea entre las reclusas y el fuego ocurrieron supuestamente después de que las autoridades notificaron nuevas reglas al interior de la prisión, según informa Efe. La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, ordenó una «intervención inmediata» tras declarar una emergencia por la riña y aseguró que las autoridades «no vamos a tolerar actos vandálicos ni tampoco irregularidades». Villanueva, que ha sido designada por la presidenta hondureña, Xiomara Castro, para liderar una intervención de las cárceles del país. añadió que la reyerta fue «producto de las acciones del crimen organizado».

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Las autoridades hondureñas anunciaron el pasado 18 de abril un conjunto de medidas para poner orden en las cárceles que implican el bloqueo de llamadas de celulares, un desarme real de los presos y la clasificación de los reos por peligrosidad. Desde entonces, una decena de tiroteos o enfrentamientos se han registrado en estos establecimientos, donde impera la sobrepoblación y el hacinamiento, la falta de instalaciones adecuadas y seguras para el alojamiento de los reclusos, y las condiciones de higiene y salubridad son deplorables.

«El Estado se convierte en un cómplice por omisión porque no cumple con su labor de garantizar la vida de los internos», dijo el analista Raúl Pineda a Efe al referirse a las múltiples matanzas que se han registrado en varias cárceles del país en el presente siglo, que han dejado centenares de muertos. Para algunos expertos, Villanueva ha venido «hablando demasiado» sobre lo que pretende hacer en el precario sistema penitenciario. «Lo ocurrido es una respuesta del crimen organizado a Julissa Villanueva, un poco aguerrida en sus declaraciones. La respuesta de los criminales es te vamos a demostrar quién manda en los penales».