Brasil busca fortalecer el multilateralismo en el G-20 tras la victoria de Trump
Lula da Silva debe proponer fondos para el clima y contra la desinformación
Xi Jinping señala que está listo para trabajar con Trump y «ampliar la cooperación y gestionar las diferencias»
Estados Unidos ataca a Irán, en directo: declaraciones de Trump y última hora del conflicto en Oriente Próximo hoy

El paisaje de la deslumbrante bahía de Río de Janeiro debe contrastar a partir del lunes con la expectativa de negociaciones tensas entre los principales líderes mundiales que participarán de la Cumbre del G-20, con diferencias diplomáticas sobre las guerras de Ucrania y Oriente ... Próximo. Se espera además incertidumbre en los acuerdos que el actual presidente de Estados Unidos Joe Biden, casi de salida, deje firmados después de la elección de su sucesor Donald Trump, conocido crítico del multilateralismo.
Por eso la diplomacia de Brasil, que ejerce este año la presidencia rotativa de la cumbre, ha preparado una pauta de temas sociales, de clima y de medio ambiente, temas por los cuales Trump muestra total desinterés. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva debe presentar una 'Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza' con propuestas de recursos financieros para la lucha contra el hambre e impuestos a los multimillonarios.
Durante una reunión previa de ministros de economía realizada en julio, también en Río de Janeiro, los países del G-20 se comprometieron a apoyar ese impuesto a los más ricos, y la expectativa es que los líderes ratifiquen el acuerdo en la cumbre.
Según el diario 'Folha de São Paulo', Lula también debe proponer y pedir apoyo para la creación de un fondo contra la desinformación climática, en colaboración con la ONU y la Unesco, con recursos para investigación, campañas de información y acciones diplomáticas.
Efecto Trump
Biden llegará a Brasil directamente por la Amazonia, interesado en conocer la selva tropical sudamericana, en conversar con pueblos indígenas y atento a la agenda de propuestas brasileña, totalmente opuesta a la línea de Trump. El futuro presidente norteamericano debe aislarse de encuentros multilaterales como lo hizo en su primera administración cuando retiró a su país de acuerdos, entre ellos, el de París sobre cambio climático.
Para el director de la división de medio ambiente y derechos humanos de la ONG internacional Human Rights Watch, Richard Pearshouse, Trump ya dió las señales de retrocesos en esos acuerdos durante su campaña y su Gobierno anterior, pero Brasil y la administración de Lula da Silva, pueden ser importantes en el liderazgo de las negociaciones, especialmente las de clima, si además de comprometerse a reducir sus emisiones de efecto invernadero, reconsidera sus planes de aumentar la producción de petróleo, incluso en la cuenca del río Amazonas, como viene insistiendo en su gestión.
«Trump representó retrocesos en las leyes ambientales y retiró a Estados Unidos del acuerdo de París. Entonces es una necesidad urgente que los países del G-20 tengan una fuerte colaboración internacional en el liderazgo y en la ambición climática para superar el vacío que la administración de Trump dejará», señaló Pearshouse durante una rueda de prensa online, puntuando los aciertos y las fragilidades de Brasil y de Lula en ese potencial liderazgo.
La diplomacia brasileña, que organiza el evento, busca que Lula alivie esas tensiones como un líder del Sur global, presentando una agenda de fortalecimiento del multilateralismo. Una de las novedades fue la realización del primer G-20 social, que reunió organizaciones de la sociedad civil en la semana anterior a la cumbre, para discutir alternativas a problemas como el hambre y el cambio climático. La cumbre, a propósito, se celebra al mismo tiempo que la COP29 de Bakú, en Azerbaiyán.
Seguridad reforzada
Para recibir su primer G-20, Brasil ha organizado un fuerte esquema de seguridad en la ciudad de Río de Janeiro con buques de la Armada dispuestos a lo largo de las playas, más de 26.000 agentes, y atendiendo a los pedidos específicos de los Gobiernos. Las delegaciones de Estados Unidos y China, son las que han recibido mayor atención por parte de los equipos de seguridad, siendo la del país asiático la más compleja.
El equipo del presidente chino Xi Jinping, solicitó 400 habitaciones, previamente escaneadas, en un hotel con acceso restringido a una playa cercana. La delegación china será escoltada por infantes de marina, con un buque frente al hotel y francotiradores a disposición.
«Ya tuvimos varios eventos importantes aquí en Río de Janeiro, una secuencia de ellos. Todos dentro de este escenario que conocemos. Se está montando un gran aparato de seguridad. No sólo con las Fuerzas Armadas, sino con los órganos de seguridad pública y otros organismos. Creemos que tenemos seguridad suficiente para atender a los jefes de Estado«, informó el general Lúcio Alves de Souza, jefe del Centro de Coordinación de Operaciones del Comando Militar de la ciudad.
También estarán presentes el presidente de España, Pedro Sánchez, y los líderes de Francia, Italia, Alemania y de la Unión Europea. Se esperan 55 delegaciones de 40 países y 15 organizaciones internacionales. El presidente ruso, Vladimir Putin, se ausentará nuevamente, evitando una posible detención de la Corte Penal Internacional. El argentino Javier Milei participará de su primer G-20, hospedado en el mismo hotel de Lula, con quien suele tener divergencias.
El G-20 reúne a las 19 mayores economías del mundo, más la Unión Europea y, desde el año pasado, la Unión Africana. El grupo representa alrededor del 85% del PIB mundial, el 75% del comercio internacional y dos tercios de la población mundial. Brasil le cederá la presidencia rotatoria del G-20 a Sudáfrica.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete