Boric condiciona gran parte de sus programas a una reforma tributaria

El mandatario chileno entregó su cuenta pública al país, oportunidad en la que también abordó la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado

Boric fracasa en su intento de pilotar la nueva Constitución chilena

El presidente de Chile, Gabriel Boric, comparece ante el Parlamento para hacer balance de su gestión EFE

María J. Errázuriz

Corresponsal en Santiago de Chile

Sin profundizar en las dos grandes derrotas que ha sufrido su Gobierno durante estos últimos meses al mando del país, el presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció ayer, al entregar su cuenta pública del estado de la nación, una serie de programas ... y compromisos sociales que condicionó a la aprobación de una reforma tributaria.

Después de más de tres horas y media -el discurso de cuenta pública más largo de un gobernante desde el regreso a la democracia en 1990-, el mandatario aseguró ante el Congreso en pleno que, si bien los principios que inspiran su Gobierno no han cambiado, sí lo han hecho las prioridades. Por ello, concentró sus palabras en temas de seguridad social y reactivación económica.

Ante los parlamentarios, sus ministros, la expresidenta chilena Michelle Bachelet -la única exmandataria que asistió-, los comandantes de las Fuerzas Armadas y otros invitados, Boric abordó la falta de unidad y mala convivencia que ha experimentado Chile desde 2019, e interpeló directamente al Legislativo a buscar los acuerdos necesarios que permitan avanzar en políticas que mejoren el bienestar de los chilenos más postergados.

Si bien en sus primeras palabras mencionó el fracaso del primer proceso constitucional, no ahondó en ello y tampoco fijó posiciones respecto del segundo que ya se desarrolla y que culminará en diciembre con un nuevo plebiscito ratificatorio.

«Elegimos una Convención Constitucional [en 2021] que, lamentablemente, no hizo suya la necesidad de encuentro, unidad y entendimiento que esperaban las chilenas y chilenos, generando un clima de intolerancias recíprocas y enfrentamientos que terminaron en el rechazo a la propuesta que de ella emanó. Visto en retrospectiva, debimos haber sido más firmes ante las señales de alerta, promovido y exigido mayor diálogo y consenso transversal tanto dentro de la Convención, como respecto de ella con la sociedad», sostuvo.

Programas condicionados

Tras pasar esta página, el gobernante se concentró en enumerar una serie de programas sociales ya implementados y de adelantar todos los que se tienen en carpeta para sus restantes tres años de mandato, pero la mayoría de ellos los condicionó a la aprobación de un nuevo proyecto de reforma tributaria.

El Gobierno sufrió un serio revés a comienzos de este año, cuando el proyecto en cuestión fue rechazado en su idea de legislar en la Cámara de Diputados, luego de que no consiguiera todos los votos del oficialismo y la oposición lo votara en contra, cuestión que había sido adelantada. Esa reforma tributaria, donde faltaron dos votos oficialistas -tres diputados del Frente Amplio se ausentaron de la sala-, no podrá ser presentada igual en el Senado si se desea avanzar por ese camino.

Dentro de la decena de programas que hizo depender de la existencia de más recursos fiscales vía mayor recaudación, están acortar las listas de espera para cirugías en los hospitales públicos que superan los 330 días, mejorar los sueldos de los profesores, condonar universalmente la deuda que mantienen estudiantes universitarios con el sistema denominado CAE, aumentar el personal, medios y tecnología de las policías, ampliar el derecho a salas cunas, establecer un sistema nacional de cuidado (de personas enfermas) o fortalecer la política estatal contra la violencia hacia la mujer.

«Todos en este salón lo saben. Ni este Gobierno ni ningún otro podrá avanzar responsablemente en materializar estos derechos si no es con una reforma tributaria», dijo. Las diez veces que anudó una política con la reforma tributaria generó molestia y murmullos entre los parlamentarios de oposición y aplausos en sus seguidores.

Boric fue claro en instar a los parlamentarios a buscar acuerdos en materia tributaria y de pensiones, otra de las urgencias del país, emplazándolos a no aferrarse a discursos donde cada sector se culpa. «Todos, y repito, todos, tendremos que ceder, aceptar fórmulas híbridas, acuerdos sub-óptimos, y no descansar ni levantarse de la mesa hasta encontrar un acuerdo», remarcó.

En diversos pasajes de su alocución Boric improvisó, reconoció a los expresidentes que lo han antecedido, Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera, y obtuvo cerrados aplausos al abordar materias como la seguridad pública, el control de la frontera y de la violencia terrorista en la zona de la Araucanía. En todos estos capítulos entregó cifras sobre avances y también medidas que se quieren implementar.

50 años del golpe

Este año se cumplen 50 años del golpe de Estado de septiembre de 1973. El presidente abordó esta conmemoración haciendo hincapié en la necesidad de mantener la búsqueda de los detenidos desaparecidos. Para ello, anunció un plan nacional con dicho objetivo y el reforzamiento de instituciones como el Servicio Médico Legal.

«Mientras nos sigan faltando, Chile está incompleto», sostuvo.

También adelantó que se cumplirá con el compromiso de crear memoriales en todas las regiones del país, y fue enfático en señalar que se enfrentará con dureza al «negacionismo».

«Avanzar en verdad, en justicia, en reparación, en no repetición, no es una causa de la izquierda, sino de todo el arco político sin excepción. Hagamos pues de esta tarea un motivo de unión, no de diferenciación ni de confrontación», afirmó.

Ante los parlamentarios y otros invitados, Boric abordó la falta de unidad y mala convivencia que ha experimentado Chile desde 2019

Develó una conversación que sostuvo con el Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, sobre la 'Marcha del Silencio' que realiza ese país todos los años y donde todos los sectores políticos y la ciudadanía acompañan a las víctimas de la represión, prisión y tortura política en el régimen militar que sufrió el país entre 1973 y 1985.

Boric también llamó a todos a cuidar la democracia y la convivencia nacional, por lo que fustigó que «se hostigue a una académica por ser mapuche; o enrostrarle a una diputada la muerte de su hija/o y su duelo; o que un ministro tenga que dar explicaciones especiales respecto a una política pública por ser homosexual; o que una senadora que sufrió una gravísima violación a sus derechos humanos que la dejó sin visión tenga que responder a acusaciones absurdas y revictimizantes».

Boric cerró su cuenta pública señalando que la demanda por una vida digna no se extinguirá con el paso del tiempo y que si no se hace algo ahora le tocará a quienes en el futuro ocupen el mismo podio donde él se encontraba, hacerlo.

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