Blinken y Albares no ofrecen detalles sobre el acuerdo migratorio en plena crisis fronteriza en EE.UU.
El acuerdo consistiría en que España reciba a inmigrantes que buscan solicitar asilo en EE.UU. desde centros de procesamiento repartidos por países de Hispanoamérica y que serían recolocados al otro lado del Altántico.
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Iniciar sesiónLos jefes de la diplomacia de EE.UU. y España, Antony Blinken y José Manuel Albares, han mantenido un encuentro este miércoles en Washington, como preparación de la visita a la Casa Blanca que celebrará este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El secretario de Estado de EE.UU. y el ministro de Exteriores de España ofrecieron una comparecencia conjunta tras su reunión, con abundancia de elogios al «excelente estado de la relación bilateral», como señaló Albares, y ausencia de detalles sobre acuerdos o progresos entre España y la primera potencia mundial.
Ocurrió con el acuerdo migratorio que han establecido ambos países -también participa Canadá-, por el que España recibiría inmigrantes que buscan solicitar asilo en EE.UU. desde centros de procesamiento repartidos por países de Hispanoamérica y que serían recolocados al otro lado del Altántico.
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Ni Blinken ni Albares ofrecieron datos sobre el número de inmigrantes que participarían en este acuerdo, ni desde qué centros se procesarían esas peticiones, ni qué estatus migratorio tendrían una vez llegados a España. «Trabajaremos juntos para impulsar una inmigración segura, ordenada y regular», se limitó a decir Albares, que se excusó en que los detalles al respecto los darán los ministerios de Interior y de Inclusión.
Hay un interés especial en este acuerdo, porque la reunión entre Albares y Bliken y la vista de Sánchez al presidente Joe Biden, ocurren en un momento crítico en materia migratoria en EE.UU. Este jueves expiran las provisiones de salud pública del Título 42 -impuestas por Donald Trump al comienzo de la pandemia- que han permitido durante años rechazar las solicitudes de asilo y expulsar a millones de inmigrantes indocumentados arrestados en la frontera.
Ese decaimiento ha disparado la presión migratoria en la región fronteriza y se teme que la situación sea caótica. Se ha disparado el número de cruces en las últimas semanas y se prevé que a partir del jueves las entradas y arrestos sean masivos. La Administración Biden ha señalado el acuerdo con España y Canadá como una de las herramientas para reconducir la situación, pero es imposible anticipar qué impacto real podría tener.
Se calcula que hay 150.000 personas al otro lado de la frontera con México, esperando a cruzar cuando se levante el Título 42, y en los últimos días el número diario de arrestos ha llegado a los diez mil. El programa de «migración circular» -permisos de trabajo de temporada en sectores con necesidades de empleo- que ha desarrollado el Gobierno de España en los últimos años con países americanos, y que podría inspirar el acuerdo con EE.UU., afecta a cerca de dos mil inmigrantes al año. Esa cantidad equivale a los inmigrantes que son arrestados en menos de cinco horas en la frontera con México, una muestra de la envergadura de la crisis que sufre EE.UU.
Más allá de la inmigración, Blinken quiso dejar claro que la Administración Biden no tiene ninguna duda sobre el alineamiento de España con EE.UU. y el resto de socios occidentales en su apoyo a Ucrania frente a la agresión de Rusia, pese a las grietas que aparecieron dentro del Gobierno de Sánchez -sus socios de Podemos- al respecto.
España y EE.UU. vienen de ampliar su cooperación en Defensa, con el acuerdo ratificado esta semana para la presencia de dos destructores estadounidenses más en la base de Rota, y ambos jefes diplomáticos se mostraron cerca de otro entendimiento en un asunto de origen militar y que lleva décadas sin resolverse: la limpieza de arenas de Palomares, el pueblo de Almería en el que cayó material nuclear en 1966 como consecuencia de un accidente entre dos aviones estadounidenses.
EE.UU. se comprometió en 2015 a limpiar las arenas contaminadas y llevárselas a un desierto de Nevada (EE.UU.), algo que todavía no se ha producido. «Reconocemos que es un asunto importante», dijo Blinken, que defendió que las «tareas de limpieza empezarán pronto», sin dar más detalles. Albares dijo que hay «voluntad política en ambas partes» para finalizar el acuerdo, pero que quedan «asuntos técnicos que hay que resolver antes de las decisiones finales».
El único acuerdo que anunciaron -y firmaron delante de las cámaras- es la participación de España en un fondo global para la igualdad LGTBQI.
Preguntado Albares por si veía con buenos ojos las sanciones de EE.UU. a Cuba, un país con cada vez más presencia en la presión migratoria en la frontera con México, el ministro prefirió no opinar: «No entro en las decisiones de otros países».
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