Biden entrega el protagonismo a Trump con la mirada puesta en 2024
El silencio del presidente sobre la imputación es, a la vez, una necesidad institucional y una estrategia electoral
Trump gana la batalla de la opinión pública: «La imputación es endeble»
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Iniciar sesiónDesde las turbulencias y las tragedias del final de su presidencia, Donald Trump no cautivaba la atención de EE.UU. como lo ha hecho esta semana, la de su entrega, arresto e imputación en los juzgados de Nueva York. El asunto le ha reforzado en ... las encuestas de primarias y ha llevado a los republicanos –incluso sus rivales más acérrimos– a hacer frente común contra la acusación relacionada con los pagos para silenciar su relación con una actriz porno.Quizá haya alguien más encantado de ese empujón de popularidad y apoyo que ha recibido el expresidente: su sucesor, y posible rival en las elecciones del año que viene, Joe Biden.
La posibilidad de que Trump aproveche sus problemas legales y sus acusaciones de «persecución política» para imponerse en las primarias republicanas para 2024 podría ser visto con buenos ojos desde la Casa Blanca y desde el partido demócrata.
La idea central es esta: la imputación en Nueva York –y las que podrían venir después por asuntos de mayor entidad en tres investigaciones federales– reforzarán a Trump en primarias, pero serán un lastre en la elección general. La movilización de sus bases y el sentimiento de «caza de brujas» que puede calar en sectores amplios del electorado republicano le convertirán en nominado, pero no funcionarán cuando Trump tenga que convencer a votantes moderados e independientes de estados bisagra, necesarios para ganar una elección.
Trump reacciona a sus cargos: «Mi único crimen ha sido defender la nación»
Javier AnsorenaEn su discurso en Florida, el expresidente se ha declarado inocente de su imputación, la ha calificado de «insulto» al país, y ha atacado al fiscal: «El delincuente es él, tendría que dimitir»
DeSantis, estrella ascendente
El 62% de los votantes independientes, según una encuesta realizada por CNN después de que se supiera que el gran jurado convocado por la fiscalía de Nueva York había votado a favor de imponer cargos, ve con buenos ojos la imputación del expresidente.
Entre los demócratas, y por la actitud que muestra Biden, se considera que Trump sería un candidato más fácil de derrotar que otros republicanos. «DeSantis supone una amenaza mayor que Trump», ha asegurado a 'The Wall Street Journal' Jim Wertz, presidente de los demócratas en el condado de Erie, en Pensilvania, una de las trincheras decisivas en las presidenciales. «Es una versión más limpia de Trump y del trumpismo».
Se refiere a Ron DeSantis, gobernador de Florida, estrella ascendente republicana en los últimos años y favorito a disputar la nominación a Trump. Ha gozado hasta ahora de buen nombre en la base de Trump –el expresidente está intentando que eso cambie en las últimas semanas–, tiene fama de gestor efectivo y se ha metido en las batallas culturales sobre la agenda 'woke'.
Frente a Biden, tendría un arma decisiva: DeSantis tiene 44 años, frente a los 80 de Biden, el presidente más viejo de la historia de EE.UU., que si gana su reelección abandonaría la Casa Blanca con 86.
Esperando la candidatura
Trump, que concurriría a las elecciones con 78 años, taparía la cuestión de la edad y la cambiaría por otras: una elección entre un presidente debilitado como Biden y un expresidente que se fue del poder en medio de una campaña para dar la vuelta a los resultados y de un asalto al Capitolio.Biden todavía no ha presentado de forma oficial su candidatura, a pesar de que el pasado noviembre dijo que lo haría a comienzos de este año, tras las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Siempre ha mantenido que su intención es presentarse y se da por hecho que lo hará. Hace unos días, Axios publicó que Biden quiere retrasar el anuncio de candidatura hasta el verano. Eso permitiría al presidente no meterse en consideraciones electorales y dejar que Trump siga llevándose toda la atención.
En los últimos días, ha rechazado una y otra vez cualquier pronunciamiento sobre la imputación de su posible rival. Es una postura institucional –hay investigaciones de su Departamento de Justicia que afectan al multimillonario neoyorquino, y no puede dar sensación de injerencia–, pero también es estrategia política.
Las imágenes de los últimos días han mostrado a los estadounidenses un contraste que a Biden le interesa: el mismo día que Trump estaba sentado en el banquillo de los acusados en un juzgado de Nueva York, rodeado por abogados, Biden estaba sentado en una mesa de trabajo de la Casa Blanca, rodeado por asesores. La reedición de las presidenciales de 2020 podrían convenir a Biden. Ganó una elección como un candidato-avestruz, con la cabeza metida en la tierra buena parte de la campaña, ayudado por las limitaciones del covid. Ya entonces estaba envejecido y falto de energía, pero el votante le prefirió ante un candidato volcánico e inestable. El año que viene, la disyuntiva para el votante podría ser la misma, pero acentuada: un Biden todavía más viejo, un Trump todavía más desatado.
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