António Costa formaliza el traspaso de poder en Portugal a Luís Monenegro

El nuevo primer ministro ultima la formación del nuevo gobierno

António Costa, una vida dedicada a la política marcada por el consenso y el diálogo

António Costa deja un Portugal con graves heridas sociales abiertas

Luís Montenegro, el nuevo primer ministro de Portugal efe

El Parlamento de Portugal ha comenzado la XVI legislatura con nuevos diputados y una nueva disposición de fuerzas políticas. Tras el saludo de los líderes parlamentarios, los discursos de apertura de la legislatura corrieron a cargo de los de mayor edad entre los ... 230 elegidos.

También se procedió a la votación para elegir al presidente de la Asamblea. El partido de derecha radical Chega eligió un vicepresidente. El presidente, sin embargo, es el exministro José Pedro Aguiar-Branco, del PDS, cargo que en la pasada legislatura ocupó el socialista Augusto Santos Silva, que no logró ser elegido en esta ocasión.

Hugo Soares será el nuevo líder parlamentario del PSD. Se trata de un regreso, ya que el actual secretario general del partido, mano derecha de Luís Montenegro, ya había liderado la bancada naranja. El Partido Socialista está pasando por un proceso de renovación y se espera que militantes de la generación de Pedro Nuno Santos asuman los cargos vinculados al PS en la Asamblea.

Gobierno en ciernes

La ceremonia tiene lugar mientras Montenegro se prepara para formar gobierno, dentro de cinco días, solo con el PPD-PSD y el CDS-PP.

António Costa presidió el lunes su último Consejo de Ministros con los miembros del actual Ejecutivo, que entregaron a Luís Montenegro, el nuevo primer ministro, el dosier de gobierno, con veinticuatro áreas sensibles.

El Consejo de Ministros tuvo lugar en la antigua sede de la Caixa Geral de Depósitos, que funcionará como sede del próximo gobierno, centralizando varios ministerios. La cartera de transición contiene proyectos y medidas en curso en veinticuatro áreas clave, que van desde la construcción de dos hospitales y obras en más de otro centenar, a proyectos de vivienda pública, el ferrocarril e inversiones en el sector energético. Además de destinatarios específicos como «profesores» o «jóvenes», con varias «decisiones listas para el próximo gobierno».

Si Luís Montenegro descubrirá las placas de inauguración, el Gobierno de Costa quiere señalizar el legado que deja, concretamente en el ferrocarril, área que en su día supervisó el ahora líder de la oposición, Pedro Nuno Santos, así como en el nuevo aeropuerto de Lisboa. «La decisión sobre la ubicación del nuevo aeropuerto podría tomarse finalmente en cualquier momento», dijo Costa.

Desde la disolución de la Asamblea de la República, el Gobierno no puede aprobar medidas que deban ser examinadas por los diputados. Por eso, según Costa, «el nuevo Gobierno tiene toda la libertad para reexaminar, no partiendo de cero, sino desde donde estamos».

António Costa presidió el lunes su último Consejo de Ministros con los miembros del actual Ejecutivo

Se confirma un superávit presupuestario superior al previsto. Si el 0,8% del PIB era la cifra prevista, el Gobierno ahorró el 1,2%, unos 3.000 millones de euros. Es el mayor superávit de la democracia portuguesa, y algunos dirigentes socialistas, después de que el partido perdiera las elecciones, dicen que el Gobierno saliente podría haber invertido en paz social.

Gesto de agradecimiento

Costa invitó a Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente, al último Consejo de Ministros. Le agradeció los «ocho años de cooperación y solidaridad», porque a pesar de las diferencias, fue un momento único en la historia, y la relación «continuó de forma fluida, cooperativa y solidaria».

El presidente de la República agradeció la invitación y reflexionó sobre el sistema político portugués. «No es un sistema fácil. Exige, además de la solidaridad institucional, una relación diaria, aunque en teoría semanal», dijo, recordando que había tratado con tres gobiernos diferentes presididos por el mismo primer ministro.

«La solidaridad institucional se transformó en solidaridad nacional», señaló el presidente, lo que «permitió un clima de estabilidad», agradeciendo «a los que sirvieron a la República» en éste y en los anteriores gobiernos.

El presidente también dejó a Costa un mensaje: «El mundo no se acaba hoy, lo que no significa que sea la última vez que nos encontramos en estas encrucijadas de servicio a Portugal».

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