Alemania contempla la entrega a Ucrania de misiles de largo alcance a través de Londres

El canciller Olaf Scholz lleva muchos meses dando largas, porque estos misiles tienen 500 kilómetros de alcance y no desea verse en la situación de que armas entregadas por Alemania impacten en territorio ruso. Pero ahora por primera vez se emite desde su gobierno un mensaje positivo. La ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, se ha declarado abierta a la propuesta de su colega británico, David Cameron, de proporcionar a Ucrania misiles de crucero mediante un intercambio a tres bandas. «Esa sería una opción», ha dicho la ministra alemana en un programa de televisión. «El intercambio a varias bandas fue, por así decirlo, un invento alemán y ha funcionado bien con otro material». Se refería al trueque como variante indirecta de la ayuda militar al comienzo de la guerra de Ucrania, cuando Alemania todavía no quería enviar carros de combate Leopard 2 a Ucrania. Ahora, Alemania podría entregar misiles de crucero Taurus a Gran Bretaña y Londres, a su vez, podría entregar más misiles Storm Shadow a Ucrania. Las armas Storm Shadow y Taurus son similares en diseño, pero de ninguna manera idénticas. Desde la perspectiva alemana, esta nueva forma de intercambio sería atractiva. Los sistemas Taurus no se utilizarían en Ucrania y quedaría descartada la necesidad de personal militar alemán para la programación de los ataques, lo que desde la perspectiva del canciller acercaría peligrosamente a una participación de Alemania en la guerra que quiere evitar a toda costa.

Alemania está recibiendo numerosas presiones para facilitar que Ucrania se haga con misiles de largo alcance. El ex secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha criticado a Scholz por ser demasiado vacilante, en una entrevista con Neue Zürcher Zeitung. «Necesitamos un gobierno alemán mucho más decidido. El Canciller Scholz es demasiado lento y vacilante. No parece un líder», dijo, «no entiendo por qué Alemania no entrega lo Taurus». El caso es que los alemanes sí entienden a su canciller. Según la encuesta Deutschlandtrend, de ARD, casi dos tercios de los consultados no quieren suministrar misiles de crucero Taurus a Ucrania, el 61 por ciento. En comparación con agosto pasado, la proporción de quienes rechazan la propuesta aumenta nueve puntos porcentuales, debido a que se percibe como mucho más posible ahora una confrontación entre Rusia y la OTAN.

Desde la política alemana también se multiplican las críticas y presiones para que Scholz ceda y entregue los Taurus a Kiev. El portavoz de Exteriores de la CDU, Norbert Röttgen, y el diputado verde Anton Hofreiter han criticado duramente al canciller en un artículo conjunto publicado en el periódico 'Frankfurter Allgemeine Zeitung', en el que le acusan de «derrotismo catastrófico», de «dejarse presionar por Putin» y de «comunicación dramáticamente deficiente». En relación con los argumentos de Scholz contra el suministro de misiles de crucero Taurus a Ucrania, critican a Scholz por sembrar el miedo y el terror entre la población. La conservadora CDU tiene previsto someter a votación en el Bundestag una moción para la entrega de los misiles Taurus el jueves y hay indicios de que la propuesta también podría ser apoyada por miembros individuales del FDP y de Los Verdes, actuales socios de Scholz en la «coalición semáforo».

Los misiles Tauros podrían resultar cruciales en la recuperación de territorio en Crimea porque están diseñados para destruir infraestructuras. Son misiles de crucero furtivo de largo alcance, desarrollados por el consorcio europeo EADS y fabricados por la germano sueca TAURUS Systems GmbH. Su radio de alcance es de 500 metros y son capaces de penetrar en un muro de hormigón de 4 metros de espesor. Están dotados de mecanismos de autodefensa, sistema de navegación INS, sistema de guía IBN y ojiva de doble etapa de 480 kilos MEPHISTO. Una vez lanzado el misil, extiende sus alas y desciende a baja altitud apara mapear el terreno escapando a los radares. Después, asciende y utiliza el rastreador de infrarrojos para identificar con precisión su objetivo, que ataca desde arriba. Otra de las preocupaciones de Scholz es que Rusia se haga con esta tecnología, al atrapar alguno de los misiles, y pueda replicarla.