Los alemanes no confían en Scholz

A modo de referencia, la última puntuación de Angela Merekel, ya en fase de decadencia, fue del 75%. Las principales causas de esta pérdida de confianza son la gestión de las consecuencias de la invasión rusa de ucrania, que ha llevado a los partidos de la coalición a políticas diametralmente contrarias a las propias de sus programas; la crisis energética que atraviesa el país, debido a la que uno de cada diez alemanes no ha encendido la calefacción; y los bandazos que Scholz sigue dando en su política exterior.

La prensa alemana ha bautizado sarcásticamente el último de ellos como 'Panzerwende' (Punto de inflexión de los Tanques), en referencia a la repentina decisión de enviar tanques Marder a Ucrania después de diez meses de dilación y excusas, en los que Scholz alegó reiteradamente la necesidad de no irritar a Vladímir Putin.

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Después de una llamada de Joe Biden, el canciller alemán ha superado de un plumazo sus propios argumentos en contra. «Reiteramos que las entregas de armas letales y pesadas al régimen de Kiev, que se utilizan no solo contra el personal militar ruso, sino también contra la población civil en Donbass, representan el límite moral que el gobierno alemán no debería haber cruzado», ha sido la respuesta de la Embajada de Rusia en Berlín a través de un comunicado.

El caos en el que se sumieron varias capitales alemanas durante la pasada Nochevieja, con 18 agentes heridos y serios daños en el mobiliario urbano, está pasando también factura al gobierno. Tanto su ministra de Interior, Nancy Faeser, como su ministra de Defensa, Christina Lambrecht, parecen estar en la cuerda floja y sometidas a durísimas críticas. Ninguna de las dos asistirá a la reunión que celebra hoy el Partido Socialdemócrata (SPD).