Envenenado, encarcelado y en un juicio permanente: Nalvani, el opositor más odiado por Putin
Denunció enriquecimiento ilicito y malversación, intentó desafiar al presidente en unas elecciones y ahora se encuentra en una prisión rusa de máxima seguridad
Navalni, en una celda de castigo y con signos de un posible envenenamiento
Madrid
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Iniciar sesiónAcusado por fraude y desacato, cumple nueve años de condena en una prisión de máxima seguridad cerca de Moscú. Ahora, en un nuevo juicio, Alekséi Navalni enfrenta otras tres décadas de sentencia por sus actividades políticas. Es el opositor ruso más incómodo para el ... Kremlin.
Tiene 47 años. Es abogado y activista anticorrupción. Se dio a conocer en 2008 cuando difundió, con pruebas en mano, la malversación de fondos de grandes corporaciones rusas y comenzó a dirigir juicios contra empresas estatales como Gazprom.
En su lucha contra la corrupción, organizó un equipo de abogados para analizar los gastos de los organismos gubernamentales. Identificaron cientos de importantes irregularidades y las impugnó ante tribunales; aseguran haber resguardado más de 70 mil millones de rublos (760 millones de euros), en malversaciones. También desarrollaron sugerencias para mejorar la legislación en materia de contratación pública.
Navalni, en una celda de castigo y con signos de un posible envenenamiento
Rafael M. MañuecoSu abogado denunció esta semana que el opositor ruso «padece una enfermedad desconocida y no le atiende nadie». A su juicio, están dejando que «su salud se deteriore progresivamente»
En 2011, fundó la organización anticorrupción —pública e independiente— más grande de Rusia, que, con la que lograron redactar varios proyectos de ley. Uno de los textos prohibía a los funcionarios del gobierno comprar lujosos coches a expensas del dinero público. Luego de recolectar miles de firmas, el gobierno ruso tuvo que adoptar la regulación.
Navalni exigía que todo aquel funcionario que no pudiese explicar el origen del dinero que gastaba en mansiones, yates y jets privados fuese procesado. Y, en varias oportunidades, el Kremlin lo acusó a él de corrupción, aunque las sentencias luego fueron anuladas.
El opositor aprovechaba los medios audiovisuales para denunciar la extensa corrupción en Rusia. Habló sobre Igor Shuvalov, entonces viceprimer ministro, que compró un piso de más de mil metros cuadrados en Moscú mientras su esposa trasladaba en aviones privados a sus corgis para asistir a exposiciones caninas. También fue el primero en acusar a Dmitri Medvédev de haber obtenido una enorme casa de campo de 30 mil millones de rublos, contruida y obsequiada por oligarcas.
Los señalamientos le habían granjeado a Navalni gran popularidad. Se mediría con Putin en las elecciones presidenciales de 2018. Pero la Comisión Electoral de Rusia, sin argumentos claros, rechazó la inscripción de su candidatura.
El silenciamiento
En agosto de 2020, en un intento por desmantelar el movimiento opositor, Navalni fue envenenado. Comenzó a sentirse mal durante un vuelo que tuvo que aterrizar de emergencia en Siberia. Enseguida, su equipo tomó la decisión de trasladado a Berlín para recibir atención médica fuera del alcance de Putin, pues aseguraban que el exagente de la KGB había sido el responsable.
Más tarde Angela Merkel afirmó que Navalni había sido víctima de un intento de asesinato y que había «preguntas serias que sólo el gobierno ruso puede y debe responder». «Alguien trató de silenciarlo y en nombre de todo el gobierno alemán lo condeno en los términos más enérgicos».
Cuando Navalni regresó a Rusia, en 2021, fue detenido por no haberse presentado regularmente a la policía durante 2020, como establecía una de sus sentencias. En ese momento se recuperaba en Alemania del ataque químico, tiempo que incluye algunos días en estado de coma. Un tribunal le otorgó una pena de dos años y ocho meses de cárcel porsupuesto fraude. Al poco tiempo, sus organizaciones anticorrupción fueron desmanteladas; las autoridades las habían calificado de «extremistas». En 2022, Navalni recibió otra condena de nueve años por cargos de fraude.
Se abrieron investigaciones en su contra por «promover el terrorismo», «financiar y promover el extremismo» y «rehabilitar el nazismo». Y por esa razón, desde el lunes, un tribunal moscovita examina su caso. Sus aliados esperan un juicio rápido y severo, que será a puertas cerradas, y que estiman que le sumarán otros 30 años de castigo a su sentencia.
Activistas, colegas y simpatizantes de Navalni han sufrido persecución y enjuiciamiento por parte del Estado. «La lista de víctimas de la represión de la libertad de expresión en Rusia parece interminable, y sin embargo activistas rusos en el país y en el extranjero siguen organizándose en apoyo de los derechos humanos y contra la invasión de Ucrania por Rusia», asegura Natalia Zviagina, directora de Amnistía Internacional en Rusia.
Este año, 'Navalny', un largometraje sobre su vida fue premiado en la ceremonia de los Óscar como mejor película documental.
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