El Gobierno alemán nacionaliza la filial de la gasista rusa Gazprom para evitar su quiebra

En ambos casos, el objetivo es garantizar la seguridad del suministro de gas en el actual contexto de tensiones entre Rusia y Occidente por la invasión de Ucrania. «El motivo es el sobreendeudamiento en el balance comercial y el consiguiente riesgo de insolvencia, que podría en peligro la seguridad de suministro en Alemania», dice el comunicado del ministerio alemán, «para evitar este peligro y mantener en pie la actividad comercial operativa, se procederá al cambio de propietario y a la estabilización de la compañía».

La antigua Gazprom Germania, rebautizada como «Seuring Energy For Europe» es una empresa clave para el suministro de gas de Alemania. Es un operador de red y controla indirectamente la instalación de almacenamiento de gas más grande de Alemania, ubicada en la ciudad de Rehden. En abril, después de que la empresa estatal rusa Gazprom intentase liquidar su filial en Alemania, Berlín decidió colocarla bajo administración fiduciaria. La empresa incurrió en dificultades financieras porque los bancos se negaban a realizar transacciones con ella. Ahora el Gobierno alemán inyectará 225 millones de euros para reflotarla y pasará a ser el accionista único, una medida para la que el ministerio ha destacado que cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea.

Como resultado de la nacionalización, Gazprom pierde su participación en la empresa. Los anteriores accionistas serán indemnizados por la expropiación en función del valor de mercado de las acciones, pero el procedimiento «no ha concluido», según el comunicado, que no proporciona más detalles al respecto. Además, el Gobierno ha decidido ampliar a 13.800 millones de euros la línea de crédito de 11.800 millones concedida a la empresa en primavera como medida de estabilización, una parte de la cual se convertirá en capital propio si la Comisión Europea lo autoriza.

En el caso alemán, esta es la segunda nacionalización de un gran grupo energético en tres meses. En septiembre, el Ejecutivo ya nacionalizó Uniper, el principal importador de gas del país, y se hizo con el 99% de las acciones, de las que hasta entonces aproximadamente la mitad estaban en posesión de la finlandesa Fortum. La interrupción del suministro de gas ruso puso en aprietos económicos a la empresa, que se vio obligada a comprar gas a otros proveedores a precios muy superiores y a seguir suministrando a sus clientes según las tarifas establecidas por contrato. También en septiembre, tomó el control de la filial alemana de la petrolera rusa Rosneft para garantizar la seguridad a medio y largo plazo de su ministerio de crudo.

En el caso de Polonia, el gigante energético ruso tenía una participación del 48% en EuroPol Gaz y el Estado polaco el 52% restante. Gazprom suspendió en abril las entregas de gas a través del gasoducto Yamal, que permite transportar 33.000 millones de metros cúbicos de gas desde los yacimientos de la península rusa de Yamal y Siberia occidental hasta Alemania, pasando por Bielorrusia y Polonia. En mayo, Rusia impuso sanciones a más de 30 empresas energéticas, incluida EuroPol Gaz, como reacción a las impuestas por los países occidentales por invadir Ucrania, una medida que el gobierno polaco interpretó como seria amenaza para el suministro y a la que responde ahora en una operación coordinada con Alemania.