Activistas propalestinos boicotean un acto de Hillary Clinton en la Berlinale: «¡Alto el fuego en Oriente Próximo!»

A solo unos metros de distancia, una veintena de manifestantes propalestinos gritaban el lunes consignas contra la violencia de Israel y enarbolaban pancartas con acusaciones a los gobiernos occidentales. Fueron estos los que anoche irrumpieron en el Theatre des Westens de Berlín, en una gala de Cine por la Paz, con pitos y tambores, decididos a boicotear un acto en el que participaba la ex secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton.

De visita en Alemania y tras participar en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Clinton estaba consolando al equipo femenino de 'Barbie' por no haber conseguido ninguna nominación para los Oscar cuando siete personas se levantaron entre el público y lanzaron acusaciones de «crímenes de guerra». Mientras el personal de seguridad procedía a sacarlos de la sala, uno de ellos gritó: «Alto el fuego en Oriente Próximo». Clinton respondió, como en un acto reflejo: «Si Hamás libera a los rehenes, mañana a primera hora tenemos un alto el fuego».

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Clinton abundó después en el asunto y expresó su comprensión por las fuertes emociones que muchas personas experimentan, afirmó que «los problemas no se resuelven gritando». En tono medio cinéfilo, medio político, tan característico de la Berlinale, la charla estaba moderada por la periodista estadounidense Ann Curry, y abordó desde la muerte del activista opositor ruso Alexéi Navalni al conflicto de Oriente Próximo, pasando por la guerra en Ucrania, y las elecciones presidenciales estadounidenses. «Estoy haciendo todo lo posible para evitar que Trump obtenga un segundo mandato», dijo, aunque reconoció que todo sigue «abierto». Sobre Oriente Próximo, fue muy clara al señalar la vía de solución: «Hamás no puede gobernar en Gaza». «Un alto el fuego total que deje a Hamás en el poder sería un error y perpetuaría la violencia. Por ahora, buscar pausas humanitarias que permitan la entrada de ayuda y la salida de civiles y rehenes es el camino más sensato».

El fundador de Cine por la Paz y organizador del evento es el productor Jaka Bizilj, el mismo que organizó la vuelta a Alemania de Navalni en 2020, cuando sufrió o un envenenamiento a manos de agentes rusos y agonizaba en un hospital mal equipado de Siberia. Bizilj contrató el avión ambulancia para trasladarlo a Alemania, donde finalmente pudo recuperarse, y participó en la peligrosa operación rescate. El lunes por la noche, ante el estallido de los gritos, pidió en repetidas ocasiones moderación. «Cada uno puede expresar su opinión, eso el legítimo, pero hay que ser respetuoso con el resto», dijo. «Yo nací esloveno, pero soy ciudadano alemán y vivo en Berlín, donde se planeó y ejecutó el Holocausto. Es una ciudad donde la gente celebra hoy los asesinatos del 7 de octubre... Pensé que esto nunca volvería a suceder», reflexionó Bizilj, sobre el aumento del antisemitismo en la capital alemana en los últimos meses.

Clinton compartió también escenario con Sharon Stone y con la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, en la recaudación anual de fondos para Cine por la Paz. Stone describió a Clinton como una figura inspiradora en su vida: «Las cosas que usted ha dicho han cambiado mi vida, han cambiado la dirección y han cambiado el curso de lo que he decidido hacer», comenzó la loa a la homenajeada. Clinton respondió con bromas sobre el vestuario elegido por la actriz: «A mi amiga Sharon Stone, que puede lucir increíblemente hermosa con cualquier cosa que se ponga. Cuando entró, pensé: 'Guau, ¿quién además de Sharon Stone podría usar una bata de baño gigantesca y lucir deslumbrante? Eres única, amiga mía, única'», dijo.

Una obra de arte original de Stone se vendió por 50.000 euros en la subasta para recaudar fondos. También se subastaron una entrada para la fiesta previa a los Premios de la Academia la Noche Antes en los Estudios Fox en Los Ángeles y un guión de Golda firmado por la actriz Helen Mirren. Otros homenajeados fueron el Papa Francisco, a quien se vio recibiendo el premio en una grabación, y el exjefe de la ONU, Ban Ki-moon, presente en la sala.