Las urnas entierran a los faraones en Egipto

«¡Saca fotos de las colas, somos libres y queremos votar!», grita un anciano que tras una larga espera al sol está a punto de «cumplir un sueño». «Se acabaron los faraones, somos los dueños de nuestro destino», dice. La imagen es similar en el centro de voto femenino instalado en el colegio Om Al Monimim, también en Giza y muy próximo a la zona de las pirámides donde los antecesores de estos ciudadanos enterraron a sus faraones. Janete es una de las pocas que no lleva hyjab y vota «por la libertad y el bienestar». «No me importan que lleguen los islamistas si consiguen reconducir el rumbo de este país», asegura.

El duelo entre islamistas y laicos promete ser muy reñido hasta el final , pero los votantes consultados por este diario insisten en que las prioridades son la economía y la seguridad , dos de los motivos por los que muchos ciudadanos darán su voto a ex miembros del antiguo régimen, a los que presuponen una mejor preparación para salir de la crisis que a los candidatos islamistas, condenados a la clandestinidad hasta el triunfo de la revolución.