Sudán del Sur: petróleo por libertad

Pese a encontrarse casi el 75% de las reservas de petróleo en territorio sur sudanés, los acuerdos de paz de 2005 estipulan que ambas regiones se dividan los ingresos a partes iguales

Sudán del Sur: petróleo por libertad reuters

EDUARDO S. MOLANO

La anécdota tiene poco de casual. Es el 17 de junio de 2001 y John Garang, por entonces líder rebelde de las milicias de Sudán del Sur, amenaza con atacar a las compañías petrolíferas que operan en el país. ¿El motivo? Su presunta ... colaboración con el Gobierno de Omar al Bashir en los crímenes que se están cometiendo en la región.

Sin embargo, una década después de estas palabras y pese a que la ansiada independencia finalmente se producirá el próximo día 9 , el panorama es bien diferente.

En la actualidad, el 98% del presupuesto de Sudán del Sur se basa en la extracción de petróleo . De igual modo, Sudán (norte y sur) es el tercer mayor exportador de crudo del África subsahariana, con una producción cercana a los cerca de 480.000 barriles diarios.

No obstante, y pese a encontrarse casi el 75% de las reservas en territorio sur sudanés, los acuerdos de paz de 2005 estipulan que ambas regiones se dividan los ingresos del petróleo a partes iguales.

Cartas marcadas

En esta partida económica las cartas nacieron marcadas. Como denuncia a ABC el ministro de Cooperación Regional (Exteriores), Deng Alor Kuol , desde el comienzo de las extracciones, el Gobierno del norte «mintió» sobre la capacidad real de sus reservas, por lo que ahora toca «renegociar los términos del acuerdo».

Precisamente, para paliar este expolio, el Gobierno de Juba se ha embarcado en la construcción de tres refinerías y un oleoducto a través de Kenia , que evite así territorio musulmán. Aunque esto no implique el fin de la dependencia extranjera. A día de hoy, la empresa estatal China National Petroleum Corporation controla el 40% de los consorcios petrolíferos en Sudán, tanto del norte como del sur.

Por ello, los guiños diplomáticos no dejan de sucederse. El pasado año, Pagan Amun , secretario general del Movimiento Popular de Liberación de Sudán, reconoció que, tras la independencia, su país dotaría de mejores condiciones a las inversiones asiáticas.

El gesto no es menor. Los antecedentes, tampoco. En 2002, la empresa canadiense Talisman se vio obligada a vender el 25% de participación en uno de los consorcios de petróleo de Sudán debido a la presión ejercida por varios grupos pro derechos humanos.

Una dependencia petrolífera que, a bueno seguro, provoca que John Garang se revuelva cada noche en su tumba (el líder sur sudanés falleció en 2005 en un «accidente» de helicóptero). Es el alto coste de la libertad, defienden en su partido.

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