Se abre la veda contra los extranjeros en plena locura cainita desatada en El Cairo

Han montado puntos de control por todas partes , están armados con un palo en una mano y un cuchillo en la otra y así es como han sacado arrastras a esta corresponsal de un taxi que han sacado a empujones de la circulación, en el margen de una avenida donde otros periodistas internacionales y egipcios estaban siendo machacados a golpes.

Hemos visto a gente con los dientes rotos y la cabeza abierta a pedradas. En muchos casos, está siendo el Ejército el que nos está salvando de las garras de esta masa violentísima que está imponiendo su ley, aunque luego son los propios soldados los que nos están quitando también la documentación y los teléfonos móviles.

El clima es de un terror irrespirable . Con todo, hay una barrera que separa este ciclón de matones de los manifestantes pacíficos que siguen en la plaza de Tahrir, y que desde allí siguen pidiendo como hace días que Mubarak se vaya con las únicas armas de su voz sus cánticos.

El primer ministro , Ahmed Safik, se ha pronunciado sobre la situación tachándola de deplorable . Pero no olvidemos que parte de esa jauría alborotadora son los propios policías de Mubarak de paisano, agentes de seguridad, que espolean una ira que probablemente a las autoridades se les ha ido de las manos.

Si ahora quieren retirarles de las calles, esto está absolutamente fuera de control y va a ser muy difícil. Para mañana, los pacíficos han organizado un viernes de salvación, una nueva manifestación masiva, y ya nos advierten que podría convertirse en un baño de sangre.

Para mañana, la oposición ha convocado la siguiente gran manifestación. Han pedido que todos los egipcios salgan a la calle en lo que ya llaman el “viernes de la salvación”.