Scholz pide al excanciller Schröder que dimita de todos sus cargos en las empresas rusas

En caso de no producirse, han adelantado que tomarán medidas. Están hablando de cargos de dirección en las empresas energéticas rusas Nord Stream 1 y 2 y en la petrolera Rosneft, donde es presidente del consejo de supervisión. Además, Schröder asumirá en breve un nuevo puesto en el consejo de supervisión de Gazprom. Para el SPD supone una «vergüenza» que Schröder se haya negado a dimitir en esos influyentes puestos , sobre todo teniendo en cuenta que sigue cobrando 7.062 euros mensuales de las arcas públicas alemanas, como excanciller federal, y que disfruta de una oficina de representación en el Bundestag con trabajadores públicos a su servicio, que cuesta unos 407.000 euros al año, aunque desde la semana pasada carece de personal porque los empleados asignados dimitieron en bloque.

Schröder ingresa además 600.000 euros al año de Rosneft y 250.000 más de Nord Stream. Su fortuna personal ronda los 20 millones de euros y ha sido construida sobre el pilar de la amistad personal con Vladimir Putin, que comenzó a cultivar siendo canciller alemán. Todavía en el gobierno, antes de perder las elecciones contra Merkel en 2005, Schröder firmó un aval de 900 millones de euros a Gazprom para la construcción de un primer gasoducto ruso hasta Alemania. Ese mismo año, ya fuera de la Cancillería, comenzó a trabajar como asesor a sueldo para las mayores empresas rusas.

Klingbeil asegura que Schröder está « totalmente aislado » en el partido. Cabe señalar que para Klingbel fue su mentor y cortar este lazo es resulta especialmente doloroso. No hay nadie que «apruebe ni remotamente» su comportamiento o lo justifique, ha dicho. Varias suborganizaciones del SPD han iniciado procedimientos en su contra. Como resultado, Schröder puede estar sujeto a varias sanciones. «El comportamiento del ex canciller está causando un daño grave al partido», ha tuiteado el vicepresidente del comité disciplinario, Tim Tugendhat, junto a una imagen con el sobre en el que debe ir la solicitud de exclusión.

Otras organizaciones también han exigido consecuencias. La asociación de contribuyentes ha sugerido, por ejemplo, que Schröder sea despojado de su oficina en el Bundestag, cuya financiación no está regulada por ley, sino que tradicionalmente es aprobada por el Comité de Presupuesto del Bundestag caso por caso. El presidente de la asociación, Reiner Holznagel, ha señalado que, en caso de no suspender esas prebendas, el parlamento puede ser considerado como «cómplice».

Schröder procede de Baja Sajonia, la región en la que comenzó su carrera política y en la que ha venido manteniendo muchos apoyos que flojean desde la invasión rusa de Ucrani a. El alcalde de Hannover, el verde Belit Onay, le ha pedido que renuncie a su ciudadanía honoraria de la ciudad y le ha sugerido públicamente que «ponga fin a su dependencia de Putin». El comité administrativo de Hannover ya ha iniciado procedimientos para revocar la ciudadanía honoraria de Schröder, alegando que el excanciller ya no comparte los valores y objetivos de la capital del estado.

Como es habitual en un procedimiento de este tipo, Schröder debería tener la oportunidad de presentar una defensa. El club de fútbol de la Bundesliga Borussia Dortmund ha revocado su membresía de honor y, varias empresas alemanas han liberado a Schröder de sus funciones de asesoría, después de que no se desmarcase claramente de Putin tras el ataque de Rusia a Ucrania. En cambio, dijo que tanto el gobierno ruso como los estados occidentales habían cometido «errores».

Incluso el canciller Olaf Scholz, que habitualmente se distancia de los asuntos relacionados con la dirección del partido, ha instado a Schröder a renunciar a todos sus cargos, a sabiendas de lo que significaría para el SPD romper con el hombre que puso fin a la era Kohl , que reunió a las facciones socialdemócratas como nunca antes lo había estado y que legisló la Agenda 2010, de la que Alemania se ha seguido beneficiando durante toda la era Merkel.

El excanciller, por su parte, permanece en silencio. Solo su última esposa, la coreana So-yeon Schröder-Kim, ha comentado en Instagram que «la guerra debe terminar lo antes posible» y ha recordado que «con vistas al futuro, no se cortarán los lazos políticos, económicos y de la sociedad civil entre Rusia y Alemania ». Y sugería así que Schröder se ve a sí mismo como la conexión necesaria con el vecino ruso.