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El Rey Salman y el Príncipe heredero se distancian tras el escándalo de Khashoggi

El monarca saudí ha recortado poderes a su hijo, que ha faltado a varias reuniones con ministros y diplomáticos

El Rey Salman (izquierda) y su hijo el Príncipe Heredero, Mohamed bin Salman, el pasado año Efe

M. Trillo

El brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi en la Embajada saudí en Estambul puede estar pasando factura a Mohamed Bin Salman . El Príncipe heredero ha faltado a una serie de reuniones con ministros y diplomáticos a las que se supone que debería haber asistido y el Rey Salman le habría retirado parte de sus competencias , lo que apuntaría a un enfriamiento de las relaciones entre padre e hijo.

Las intrigas palaciegas en el seno del hermético reino están volviendo a aflorar. En junio de 2017 Bin Salman, el favorito del monarca, se convertía a los 31 años en la figura emergente de Arabia Saudí al arrebatar el título de Príncipe heredero a su primo y entonces ministro del Interior, Mohamed bin Nayef . Desde aquel momento ha combinado una imagen de moderada modernización, con una mayor apertura a las inversiones extranjeras y gestos como levantar la prohibición de conducir a las mujeres, con una determinación implacable a la hora despejar su camino de posibles adversarios.

Pocos meses después de ser nombrado Príncipe heredero, en noviembre de 2017, sorprendió al mundo con una audaz purga en la cúpula del poder saud í. Al frente de una comisión anticorrupción, ordenó la detención de nada menos que once príncipes, cuatro ministros y decenas de exministros y hombres de negocios.

La estrella de Bin Salman parecía brillar con más fuerza que nunca hasta que Jamal Khashoggi, un periodista saudí crítico con el propio Príncipe heredero y que vivía exiliado en Washington, acabó muerto y descuartizado el pasado 2 de octubre en el Consulado de su país en Estambul, adonde había acudido a realizar unos trámites para casarse.

El Rey, molesto por la ausencia de su hijo

Tras su desaparición, Riad dijo en un principio no saber nada de su paradero, pero las investigaciones emprendidas por las autoridades turcas llevaron a concluir que se había tratado de un asesinato ejecutado por miembros del servicio secreto saudí, con estrechas vinculaciones con Bin Salman. La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) apuntó directamente al Príncipe heredero como origen de la orden para liquidar a Khashoggi.

Aunque la Fiscalía del reino detuvo a once de los autores del crimen de Estambul y pidió pena de muerte para cinco de ellos, la imagen de Bin Salman quedó claramente perjudicada.

En la última quincena ha habido indicios de su distanciamiento con el Rey Salman. « The Guardian » informa de que el heredero al trono saudí ha faltado a dos de las últimas reuniones semanales del gabinete de ministros, que preside el monarca.

Tampoco ha asistido a encuentros con altos dignatarios de visita en el reino, como el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que estuvo en Riad el pasado día 5. Del mismo modo, se ausentó de reuniones con funcionarios económicos y financieros la pasada semana, el Gran Muftí (principal intérprete de la ley islámica), el líder de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el primer ministro de Líbano, Saad Hariri, y los embajadores de India y China.

Pero, además, este mismo diario británico apunta que, según información a la que ha tenido acceso, el Rey Salman habría recortado algunos de los poderes de su hijo, en concreto competencias que tenía sobre política económica y financiera.

La decisión de limitar las responsabilidades de Bin Salman, al menos temporalmente, la habría revelado el propio monarca a un grupo de ministros la pasada semana. Esa era una de las reuniones a las que faltó el heredero, a pesar de que su padre le había pedido que asistiera.

Este estaba especialmente molesto por su ausencia en esa cita, en la que se abordaron los diferentes desafíos que tiene planteados el reino y en la que el Rey Salman habría mostrado en una intervención de dos horas su preocupación por supuestas inversiones en el país que se han perdido. En el futuro, exigió, las grandes decisiones financieras deberán contar con su visto bueno.

Según las fuentes del citado periódico, uno de los consejeros de confianza del monarca, Musaed al-Aiban , educado en Harvard y nombrado recientemente asesor de seguridad nacional, supervisará de manera informal las decisiones de inversión en su nombre.

La Embajada saudí en Washington no respondió a las solicitudes de comentarios por parte del diario.

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