Romney ve aumentar sus posibilidades de victoria en las elecciones de EE.UU.

En estos primeros compases de la campaña, varios signos de preocupación se han acumulado en el bando de Obama, mientras que Romney por primera vez está convenciendo a su propio partido que puede alzarse con la victoria .

El trabajo más arduo, no obstante, lo tiene el aspirante republicano, que debe ganar en algunos de los estados en los que Obama venció en 2008. Más importante que el dato de la encuesta nacional es el de la situación de la pugna en cada estado, sobre todo en los estados llamados «swing», los que pueden cambiar de bando.

Algunos analistas consideran que en estos momentos Obama tiene seguros 247 votos electorales, frente a los 206 de Romney. Llegar al listón de los 270 necesarios para la victoria dependerá de qué lado caen los estados «swing » en estas elecciones, que básicamente son nueve: Carolina del Norte, Colorado, Florida, Iowa, Nevada, New Hampshire, Ohio, Virginia y Wisconsin . El reto es mayor para Romney, pero en las últimas semanas Obama ha demostrado ser menos sólido de lo que parecía.

Entre los hechos preocupantes para el presidente está la contestación interna que ha encontrado el hasta ahora principal mensaje de campaña contra Romney. La focalización en las actividades de Bain Capital, la compañía dirigida en su día por el candidato republicano, dedicada a comprar y vender empresas (unas veces creando empleo y otras destruyéndolo), ha sido criticada por voces demócratas . Entre ellas el alcalde de Newark, Cory Booker, un afroamericano con predicamento dentro del partido, que ha lamentado que los demócratas aparezcan como contrarios a los negocios.

A la imagen de un Romney desperdigado en sus mensajes cuando tuvo que combatir a sus rivales en las primarias, le ha sucedido la de un Romney muy disciplinado y sujeto a la gran cuestión de las elecciones: la economía. En cambio, Obama está dispersando su discurso con asuntos muy dispares, desde los préstamos a los estudiantes al matrimonio gay .

Esta última cuestión es señalada por las encuestas como no decisiva a la hora del voto para la mayoría del electorado, pero puede hacerle daño en algunos estados clave , como Virginia y Ohio y también Carolina del Norte, que votó en referéndum contra las bodas homosexuales el mismo día en que Obama anunció su apoyo.

Contrariamente a lo que es habitual en un presidente que busca la reelección, Obama ha recaudado menos dinero para la campaña que su opositor. Hasta ahora, el bando de Romney ha sumado 402 millones de dólares, frente a los 340 millones de Obama. El presidente está encontrando alguna dificultad para que repitan los mismos grandes donantes que tuvo hace cuatro años, que podrían haber marcado distancias por la retórica de Obama sobre Bain Capital y en favor del impuesto a los más ricos.

Los signos negativos para el inquilino de la Casa Blanca siguen con la cifra del paro, que está descendiendo los últimos meses a menor velocidad de lo que parecía vaticinarse con el cambio de año. La grave situación en la eurozona, además, podría provocar una ralentización de la ya precaria recuperación económica en EE.UU. Todo esto ha situado el nivel de aceptación de Obama en el 47%, según Gallup, por debajo del 50% que se considera necesario para la reelección.