Hazte premium Hazte premium

La «revolución sexual» en China provoca 13 millones de abortos al año

La «revolución sexual» en China provoca 13 millones de abortos al año

Todas las noches hay fiesta en Pekín... Y en Shangai, Chongqing, Tianjin, Guangzhou, Shenzhen, Hangzhou, Ningbo y otras muchas megalópolis con más de cinco millones de habitantes cuyos nombres suenan a chino en España. Con unas ganas locas de beber, fumar, cantar y bailar hasta el amanecer, miles de jóvenes abarrotan los bares, discotecas y karaokes que han proliferado en el gigante asiático al amparo del extraordinario crecimiento económico de los últimos treinta años.

Es la «dolce vita» que la apertura social ha traído a la élite urbana de China, un país con una férrea tradición familiar que está viviendo una auténtica «revolución sexual» por su modernización a marchas forzadas.

Sin embargo, la cara amarga de este progreso la ponen la falta de educación sexual y el desconocimiento sobre métodos anticonceptivos, que provocan que cada año se practiquen 13 millones de abortos. Esta cifra, que supera a la mitad de los 20 millones de nacimientos contabilizados anualmente, podría ser incluso mayor porque muchas de dichas interrupciones del embarazo se producen en clínicas ilegales.

Aunque el régimen chino ha sido particularmente proclive al aborto, sobre todo desde la instauración de la política del hijo único a finales de los años 70, este cambio de hábitos sociales ya se ha convertido en un «motivo de preocupación» para las autoridades.

«El reto de reducir el número de abortos es muy duro porque casi la mitad de las mujeres que interrumpen su embarazo no habían usado ningún método anticonceptivo», explicó al periódico oficioso «China Daily» Wu Shangchun, director del centro de investigación de la Comisión Nacional de Planificación Familiar.

La amenaza del sida

A tenor de las estadísticas oficiales, el 62 por ciento de las mujeres que abortan son jóvenes solteras de entre 20 y 29 años. Además, según un estudio efectuado por el Hospital Militar 411 de Shangai, menos del 30 por ciento de los usuarios de un teléfono de consultas sexuales sabían cómo prevenir el embarazo, y sólo un 17 por ciento era consciente de los riesgos de las enfermedades venéreas. En este sentido, más del 70 por ciento de los usuarios no sabía que la transmisión sexual es una de las principales formas de contagio del sida.

El VIH es una enfermedad de la que el Gobierno no suele hacer campañas preventivas para no asustar a la población, pero que podría haber infectado ya a millones de chinos que ni siquiera sabrían que son portadores del virus. «Hace falta reforzar la educación sexual en los colegios», recomendaba Li Ying, profesora de la Universidad de Pekín, consciente de los recelos que tan espinoso asunto genera entre muchos padres y maestros.

Pero, mientras no se aborde dicha cuestión, seguirán aumentando los abortos, que cuestan unos 600 yuanes (63 euros), y el consumo de las «pastillas del día después», que son ampliamente comercializadas desde 1998 y de las que ya se venden diez millones al año.

«El sexo ya no es un tabú entre los jóvenes de hoy, que creen que pueden aprender todo lo que necesitan en internet. Pero eso no significa que desarrollen una comprensión y una actitud adecuadas», indicó al periódico chino la ginecóloga Yu Dongyan.

Aunque el número de abortos en el país asiático puede parecer astronómico, comparado con otros países, la proporción es de 24 abortos por cada mil mujeres, muy por detrás de Rusia -donde hay 53,7 interrupciones por cada millar de féminas y a veces se registran más abortos que nacimientos- y por delante de España, donde se producen 11,49 abortos por cada mil mujeres.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación