Los rebeldes chechenos declaran la «guerra económica» a Rusia
Cuatro policías y una mujer perecieron hoy en Grozni, la capital de Chechenia, en dos atentados suicidas cometidos por extremistas islámicos. Este nuevo ataque coincide con la aparición de un mensaje en Internet (www.kavkazcenter.com) de la guerrilla separatista chechena reivindicando el atentado con ... coche bomba en Nazrán (Ingushetia) del pasado lunes y la explosión, el mismo día, en la central eléctrica de Sayano-Shúshenskaya (Siberia), la más grande de toda Rusia.
La furgoneta bomba empleada por dos terroristas suicidas el día 17 en la principal comisaría de Policía de Nazrán acabó con la vida de 25 agentes y causó decenas de heridos. Por otro lado, el balance provisional de la catástrofe en la planta hidroeléctrica de Sayano-Shúshenskaya, en la república siberiana de Jakasia, eleva a 47 el número de muertos y a 28 el de desaparecidos. Los trabajos de desescombro continúan, pero ya no hay esperanzas de rescatar a nadie más con vida.
El comunicado colgado por los insurgentes chechenos en el portal Kavkazcenter asegura que un grupo denominado “Batallón de Mártires” consiguió colocar en la sala de máquinas de la central eléctrica una mina antitanque con temporizador, que provocó una devastadora deflagración. Los equipos de salvamento no han logrado aún llegar a todas las salas afectadas, que continúan inundadas de agua y sepultadas por los cascotes. El primer ministro Vladímir Putin se encuentra hoy visitando el complejo y ha admitido que lo sucedido es “una enorme tragedia”.
Los extremistas aseguran también en su misiva que Dokú Umárov, su actual líder, ha decidido declarar a Moscú una “guerra económica” a gran escala y que ha enviado activistas por toda Rusia para destruir otras centrales eléctricas, gaseoductos, oleoductos y cables de la luz. Una fuente del Kremlin considera el anuncio de los separatistas una “estupidez” mientras la Fiscalía General de Rusia afirmaba que la hipótesis de atentado terrorista en la central de Sayano-Shúshenskaya no se ha podido todavía confirmar.
Los servicios de protección civil han comprobado los muros de hormigón de la presa y no han hallado fisuras, lo que excluye una inundación masiva de la zona. Muchos lugareños, no obstante, han huido del lugar a zonas más seguras. La hidroeléctrica de Sayano-Shúshenskaya se encuentra en el río Yeneséi y nunca antes había sufrido un accidente de tanta gravedad. Tres de sus diez generadores han quedado fuera de servicio y se estima que harán falta años para reparar los desperfectos. “El hierro lo repararemos, pero no recuperaremos a la gente”, dijo Putin esta mañana.
En relación con los atentados de esta mañana con cinco muertos en la capital chechena, el ministro del Interior de la república, Ruslán Aljánov, señaló que fueron sólo dos explosiones y no cinco como se había informado con anterioridad. “Eran terroristas que se desplazaron en bicicletas y que detonaron las cargas que llevaban consigo”, precisó. Desde hace semanas, la violencia no cesa en Chechenia y en las repúblicas vecinas de Ingushetia y Daguestán.
El 12 de agosto, un ministro del Gobierno local de Ingushetia fue acribillado a tiros en su despacho. Un día antes, en las afueras de Grozni eran hallados sin vida en el maletero de su vehículo los cadáveres de la responsable de la ONG “Spasiom Pokolenie” (salvemos a la generación de la guerra), Zarema Saiduláyeva, y de su marido Alik Zhabraílov. El pasado día 13, cuatro policías y las siete empleadas de un club de alterne en Buinaksk (Daguestán) fueron ametrallados.
La activista chechena pro derechos humanos Natalia Estemírova fue secuestrada y asesinada el 15 de julio. Desapareció junto a su casa en Grozni y su cadáver fue encontrado en una carretera. El presidente de Ingushetia, Yunus-Bek Evkúrov, fue víctima de una atentado suicida con coche bomba el pasado 22 de junio en Nazrán cuando se trasladaba a su despacho. Acaba de reincorporarse a sus tareas tras permanecer hospitalizado más de mes y medio.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, puso fin al régimen especial antiterrorista en Chechenia el pasado abril por considerar la situación “normalizada”. Había estado vigente desde 1999. La situación empezó a empeorar en mayo. A principios de junio, Medvédev asistió en Daguestán a una reunión de su Consejo de Seguridad para estudiar las medidas a adoptar a fin de contener la ola de atentados y ataques de la guerrilla. Acababa de ser asesinado el ministro del Interior daguestaní. Nada más regresar el presidente ruso a Moscú, perecía a tiros la vicepresidenta del Tribunal Supremo de Ingushetia, Azá Gazguiréyeva y, pocos días después, moría también a balazos el ex viceprimer ministro ingush, Bashir Áushev.
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